29 de diciembre de 2024

Este año tampoco

 


A dos días de que el 2025 termine es un buen momento para hacer balance de todos aquellos buenos propósitos que hicimos a principio de año. En general nos planteamos objetivos que eran inequívocamente positivos para nosotros. Nos prometimos comenzar a hacer cosas que sabíamos beneficiosas para nuestra salud o para nuestra vida. O satisfacer, este año sí, ese capricho que llevamos postergando una y otra vez. Promesas que hemos repetido tantas veces y que tantas veces han quedado en el olvido. Y que también para este próximo año repetiremos con fingida determinación, sabiendo que estaremos demasiado ocupados o cansados para cumplirlas. Promesas que, al fin y al cabo, no son más que la vacua expresión de un deseo cuyo precio no tenemos voluntad de pagar. 

Y podríamos poner como excusa esta vida moderna tan llena de obligaciones como de distracciones. Porque ciertamente el trabajo y la familia son terriblemente absorbentes. O, si eres joven, los estudios. Tantos trabajos para presentar, tantos exámenes que preparar. Terminamos el día cansados. Muy cansados. Y, claro está, lo último que nos apetece es ir al gimnasio o ponernos a estudiar un idioma, o cualquiera que sea la promesa que vamos, año tras año, dejando pendiente. Lo único que nos apetece es sentarnos frente al televisor o estar con el móvil, o ambas cosas a la vez. Y así, poquito a poquito, año tras año, vamos postergando todo esas promesas que sabemos podrían cambiar nuestra vida a mejor. Somos así.  

Pero ciertamente la biblia nos presenta a Dios en contraposición al ser humano diciendo: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?(Números 23:19). La biblia nos habla de un Dios que ha demostrado a lo largo de la historia de la humanidad que cumple invariablemente sus promesas. Un Dios todopoderoso que no está limitado por las circunstancias o por sus fuerzas y que además nos dice "Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza." (Jeremías 29:11). 

Esperanza. En este mundo que está tan perdido ¿Quien más te puede ofrecer esperanza? Y sabiendo esto, entonces ¿Como no buscar a Dios? 

Es por eso que nuestro deseo para ti, para este próximo año, no puede ser otro que: "Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará." (Salmo 37:5)





 






25 de diciembre de 2024

Hoy es Navidad

 


En esta Navidad, desde la Iglesia Evangélica Protestante de Estella, queremos desearte que puedas experimentar la luz de la esperanza que se profetizó hace tanto tiempo, aquella luz que vino a cambiar al mundo. Te deseamos de todo corazón que puedas experimentar esa paz que transforma y da vida.

!Que tengas una Navidad llena de bendiciones y buenos momentos de reflexión¡

22 de diciembre de 2024

El mensaje a los pastores


 “8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (Lucas 2:8-11)

Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.” (Lucas 2:15)

Todas las grandes historias son básicamente la crónica de un viaje. Desde la Odisea de Homero a El señor de los anillos, pasando por Alicia o La isla del tesoro. Y, además, generalmente ese viaje está protagonizado por una persona sencilla, sin vocación de héroe. Alguien que aún sin las cualidades necesarias está dispuesto a enfrentar los peligros que ese viaje conlleva. Entendemos la idea del viaje como una suerte de catarsis. El paso de la oscuridad a la luz. Una experiencia transformadora. 

En la biblia podemos encontrar la historia de los pastores. De como durante la noche un ángel se les presentó para anunciarles que les había "nacido un salvador" y de como tras escuchar ese mensaje deciden emprender un viaje en medio de la noche para ver “… esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado”. Dan valor a la palabra del ángel y buscan comprobar por si mismos esas “nuevas de gran gozo” de las que les han hablado. Un viaje que, nos dice el texto, transformará su vida ya que tras ver con sus propios ojos lo que los ángeles les habían anunciado ”volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.” (Lucas 2:20). 

Ellos, sin saberlo, fueron las primeras personas de este mundo que celebraron la Navidad. Porque celebrar la Navidad es precisamente eso, glorificar y alabar a Dios por ese Jesús nacido en un humilde pesebre. Nacido para darnos la salvación. Para darnos vida y dárnosla en abundancia. 

9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:9-11)


15 de diciembre de 2024

El rey de los judios


"Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:" (Mateo 2:1-5)

Imagínate la escena. Hace más de 2000 años entran en Jerusalén unos hombres extraños, a todas luces extranjeros, preguntando "¿Donde está el rey de los judíos, que ha nacido?". Por supuesto la pregunta no tarda en llegar a oídos del rey Herodes quien, al oírla, nos dice la biblia que se turbó. Y toda Jerusalén con él. 

Esa pregunta, y sobre todo lo que implicaba, causó un gran revuelo en la ciudad. Herodes convocó a todos aquellos que podían dar respuesta a esos hombres y, efectivamente, aquellos sacerdotes y escribas les confirmaron que ese rey había de nacer en Belén. Así lo había escrito el profeta Miqueas 8 siglos antes. 

¿Que pasó después? ¿Los ciudadanos de Jerusalén acudieron en tromba a ver a ese rey anunciado? ¿Los sacerdotes y escribas, que habían dado la respuesta a esa pregunta, lo dejaron todo y acompañaron a esos hombres en su viaje? No, la ciudad tardó bien poco en recuperar la normalidad. Aquella turbación de la que nos habla Mateo quedó diluida entre los quehaceres del día a día y rápidamente quedo relegada a mera anécdota. 

¿Como podría sorprendernos esa aparente desidia ante una noticia tan importante cuando hoy en día hacemos lo mismo? La vida fluye invariable año a año. Invierno, primavera, verano y otoño se suceden. Hay días buenos y hay días malos. Lidiamos con viejos problemas mientras aparecen otros nuevos y de pronto, casi sin darnos cuenta, llegó la navidad. Otra vez. Poner el árbol, el belén, comprar regalos, preparar comidas... Es una fiesta importante. Las familias y los amigos se reúnen. Hay otro ambiente, es cierto, pero ¿Realmente celebramos el nacimiento de Jesús? ¿No hemos  diluido el verdadero significado de lo que celebramos en estos días entre un montón de cargas y responsabilidades?

Y sin embargo, aún hoy en día, la Navidad sigue siendo la celebración de un regalo. Un regalo que Dios nos ha dado. Ni más ni menos que Jesucristo, su hijo amado. Un regalo que está al alcance de todo el mundo. Vida eterna.   

Del mismo modo que nosotros hacemos regalos a aquellas personas que amamos, al enviar a su hijo a este mundo Dios nos dio la mayor prueba de su amor por nosotros. 

En esta Navidad no rechaces el regalo de Dios, ese Jesús, el rey de los judíos al que buscaban aquellos hombres, puede ser tu salvador. Él puede transformar tu vida. Celébralo. 

"En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados." (1 Juan 4:9-10)

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)

8 de diciembre de 2024

Confiados


En el día que temo, yo en ti confío.” (Salmo 56:3)

En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” (Salmo 4: 8)

“¡Que buen vasallo, si tuviese buen señor!”. El famoso verso del Cantar del Mío Cid expresa con esas palabras la lealtad que Rodrigo Díaz de Vivar, a pesar de haber sido calumniado y desterrado, le profería al Rey Alfonso VI. Sin haber hecho nada para merecerlo, el Cid partió al destierro y, aún lejos de su hogar, continuó luchando por la corona de Castilla. 

A lo largo de la historia pocas veces el mundo ha tenido al frente a lideres dignos de confianza y, desde luego, nuestros días no son una excepción. Diríase más bien que la humanidad se está empecinando en poner al frente a las personas más ineptas e inadecuadas para gobernar. Personas que están arrastrando al mundo al caos. Incapaces de resolver los problemas que realmente preocupan a la gente. Antes al contrario, pareciera que más bien generan nuevos problemas y conflictos por todas partes. 

Sin embargo esto no es nuevo. Ya desde los tiempos del profeta Samuel, cuando el pueblo le pide que les nombre un rey (1 Samuel 8), podemos ver cuan pocos monarcas hubo a los que realmente pudiéramos considerar buenos dirigentes. La mayoría apartaron el consejo de Dios y se dejaron llevar por sus deseos arrastrando con ellos al pueblo. Y, lamentablemente, así ha sido a lo largo de los siglos sin que nuestros días puedan ser considerados una excepción. 

Pudiera parecer que no hay solución, que estamos condenados a formar parte una multitud perdida y sin esperanza, que no tiene quien les dirija, pero no es verdad. Aún hoy en día Dios nos invita a confiar en Él y en su palabra. Porque "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte." (Proverbios 14:12). Y podemos elegir. Seguir a los hombres, ciegos guiando a ciegos, o seguir a un Dios que aún en los momentos más difíciles promete estar con nosotros, ayudándonos más allá de lo que podemos entender. "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." (Isaías 41:10)

 “Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande Porque a ti he elevado mi alma.” (Salmo 143:8)



1 de diciembre de 2024

Mecánica divina


En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1)

¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?” (Isaías 4:12-14)

Gribbin y Rees, ambos doctores en astrofísica, escribieron en su libro “Coincidencias cósmicas” que “las condiciones en nuestro Universo realmente parecen ser especialmente adecuadas para las formas de vida como nosotros, y quizás incluso para cualquier forma de complejidad orgánica. Pero la pregunta sigue siendo: ¿está el Universo hecho a medida para el hombre?”. Hablaban de la proposición del ajuste fino. Una premisa que afirma que un pequeñísimo cambio en varias de las constantes físicas, habría provocado un universo completamente diferente e incompatible con la vida. 

Incluso el famoso físico y divulgador Stephen Hawkin señaló en su famoso libro "Breve historia del tiempo" que “Las leyes de la ciencia, tal como las conocemos en la actualidad, contienen muchos números fundamentales, como el tamaño de la carga eléctrica del electrón y la proporción de las masas del protón y del electrón... El hecho notable es que los valores de estos números parecen haber sido ajustados muy finamente para hacer posible el desarrollo de la vida”.

Y sin embargo, aún así, aún contemplando el perfecto equilibro que sustenta el universo, el hombre es incapaz de ver en ello la mano de Dios y admirar la obra de la creación. Prefiere apartarle, callarle, y pensar que todo no es más que fruto de una concatenación de casualidades. Que somos hijos del azar. 

Pero a mi aún me maravilla contemplar la obra de sus manos. Y no puedo evitar hacer mías las palabras del salmista “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:3-4)



24 de noviembre de 2024

¿Que significa ser cristiano?


"Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:8-9)

La primera vez que se llamó "cristianos" a los seguidores de Jesús fue en Antioquía (Hechos 11:26). El término iba dirigido a personas que con sus palabras y conducta demostraban su vínculo con Jesucristo así que "cristiano", originalmente, se entendía como "seguidor de Cristo". Sin embargo, hoy en día, esa palabra ha perdido en gran parte su sentido y se usa con frecuencia para referirse a personas que, aún sin ser practicantes, sin haber nacido de nuevo, personas que simplemente fueron bautizadas siendo bebés o que van de vez en cuando a una iglesia. 

Pero, lamentablemente, se puede ir de vez en cuando a la iglesia, se pueden hacer obras de caridad o incluso involucrarse en una comunidad cristiana sin tener fe en Jesucristo. Sin ser un cristiano en el sentido bíblico de la palabra. 

Y es que no son las obras, lo que realmente identifica a un cristiano, sino la fe. La fe en Jesucristo. Una fe que salva ("Por gracia sois salvos por medio de la fe;"), que cambia vidas y que nos lleva a buscar la dirección de Dios en nuestras vidas. A obedecerle a Él. A ser "seguidores de Cristo". 

¿Y tu? ¿Eres cristiano?

sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).


17 de noviembre de 2024

Un pago justo

"El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?" (Génesis 18:25)

"(Dios manifiesta) en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús." (Romanos 3:26)

En una ocasión un filósofo le contesto a un periodista que le había preguntado sobre el más allá "Espero que los buenos sean recompensados y los malos castigados". En un mundo en el que parece que hacer el mal sale gratis mucha gente espera que, al menos después de la muerte, se haga justicia. 

La biblia nos confirma eso mismo. “El Señor, Dios de retribuciones, dará la paga” (Jeremías 51:56).  Habrá un día en el que todo, aun lo más oculto, será sometido al juicio justo de Dios. “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:14). Si además tenemos en cuenta que todos, incluidos tu y yo, somos pecadores, "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios," (Romanos 3:23), entonces podremos ser conscientes del problema. 

¿Quiere esto decir que no hay forma de escapar de ese castigo? No, la biblia también dice que "Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Dios envió a su hijo, Jesucristo, a este mundo para pagar el castigo que nosotros merecíamos. Aun cuando nuestras obras nos condenaban, El, nos dio la oportunidad de que nuestros pecados fueran perdonados por medio de la fe en Cristo Jesús. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:8-9)

Aceptar a Cristo como tu salvador es un paso que nadie puede dar por ti. Una decisión personal. “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).


10 de noviembre de 2024

Ciegos


"Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida." (Juan 8:12)

"Para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable." (1 Pedro 2:9)

En una ocasión , tras curar a un ciego, Jesús afirmó haber venido “para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados” (Juan 9:39). Y esto lo dijo delante de los líderes religiosos de su tiempo. Personas que pretendían ver, aunque en muchos aspectos estaban ciegos. Personas que acusaban al ciego de haber nacido en pecado y que su ceguera era un castigo de Dios, diciéndole “Tú naciste del todo en pecado” (Juan 9:34). Pero Jesús les mostró que Él, la luz del mundo, tenía el poder para sanarlo y aún así estos líderes permanecieron en sus “tinieblas”, porque no quisieron reconocer la liberación del ciego y el poder de Jesús.

Sin embargo, el ciego escuchó las palabras de Jesús. Creyó y fue sanado física y espiritualmente. Poco después Jesús volvió a encontrarlo y le dijo: “¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.” (Juan 9:35-38)

Hoy en día, al igual que ocurrió con los fariseos en tiempos de Jesús, hay muchas personas que buscan organizar el mundo sin tenerle en cuanta a Él. Usando como pretexto una supuesta libertad se rechazan las referencias morales que vienen de la Biblia y, por contra, ideas que se oponen a la enseñanza bíblica son consideradas buenas. Pero así se cumple la palabra cuando dice "... a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo" (Isaías 5:20). 

Pero Jesús, orando al Padre por sus discípulos, dice "Tu palabra es verdad" (Juan 17:17). Y hoy en día, la palabra de Dios sigue siendo esa verdad que nos alumbra en medio de la oscuridad. Jesús es, ayer, hoy y siempre esa luz verdadera que busca iluminar al hombre y darle la vida eterna. 




27 de octubre de 2024

Sobre el pecado


"Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5:8)

"Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras." (1 Corintios 15:3)

Hoy en día está mal visto hablar del pecado. Para muchas personas "pecado" es tan solo una palabra inventada por la religión para asustar a la gente. Pero si rechazamos la idea del pecado, estamos entonces rechazando  también la biblia, el libro en el que Dios se revela como nuestro creador. Un creador que nos conoce perfectamente, sabe exactamente como somos y de lo que somos capaces. Un Dios soberano, perfectamente santo y que no tolera el mal. Un Dios al que todos tendremos que rendirle cuentas y que nos  juzgará según sus criterios y no los nuestros. Y por la biblia, además, sabemos que "... todos pecaron, y están destituidos de la gloria De Dios" (Romanos 3:23)

Pero cuando hablamos del pecado no es para asustar, sino para mostrar la solución que Dios nos ha dado para ese problema. Dios ama a todos los seres humanos, aún a pesar de sus defectos, y por ello ha dado a su hijo Jesucristo, quien vino a morir para borrar los pecados de todos aquellos que lo aceptan como su Salvador. Él sufrió las burlas y el desprecio de los hombres, pero proclamó a todos los que lo escuchan “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

Sí, por desgracia el pecado existe y está en cada ser humano. Pero Jesús murió en la cruz para salvar a todo el que cree en él.



20 de octubre de 2024

Cuando venga

Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:10-11).

El libro de apocalipsis está tan lleno de lenguaje simbólico que interpretarlo correctamente es muy complicado. Por ello grandes exégetas han expresado diferentes interpretaciones del mismo sin que haya un consenso claro e inequívoco sobre el mensaje principal de este libro. A pesar de ello, aun incluso con una lectura superficial del mismo, podemos entender con claridad algunas de las verdades que contiene. 

Por ello en esta mañana me gustaría centrarme simplemente en dos versículos del capítulo final. El primero es Apocalipsis 22:12, que dice “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” El que pronuncia estas palabras es Jesús y aquí habla con claridad. No hay números ni figuras alegóricas que interpretar. Simplemente afirma que Él va a volver y que dará a cada uno lo que merece. Y si el mundo entendiese esto, que un día un Jesús todopoderoso regresará para juzgar a la humanidad, tendría miedo. 

Pero frente a esta imagen de juicio y castigo, Juan termina Apocalipsis exclamando en el versículo 20 “… Amén; sí, ven, Señor Jesús.”. Con ese Amén, Juan expresa su deseo de que esa segunda venida del Señor Jesús se cumpla ¿Acaso no tiene miedo? ¿Tan seguro está de que su nombre está inscrito en el libro de la vida (Apocalipsis 20:15)?

Los que, como Juan, tenemos la certeza de que Jesús pagó el precio de nuestro pecado en la cruz podemos hacer nuestras sus palabras y decir ese Amén. Ese ven pronto Señor. Y mientras esperamos su venida dar gracias por la salvación tan grande que Él nos ha dado. 

Si por el contrario aún no tienes esa seguridad, entonces estás a tiempo. A tiempo de buscarle a Él. De entender que “… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)


13 de octubre de 2024

Cien

"Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones." (Salmo 100)

Esta es la entrada número cien de este blog. Y sí, sabemos que cien es solo un número, pero nos sirve como excusa para recordar el salmo cien.

Un salmo breve pero contundente. Un salmo que nos invita a alabar a nuestro dios con alegría. A reconocer en Él a nuestro creador. A bendecir su nombre y reconocer que nuestro Dios es un dios misericordioso. 

Pero hoy sobre todo nos gustaría alabar a nuestro Dios porque Él es un Dios de salvación y recordar que "... de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16).


6 de octubre de 2024

El perdón


"El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados." (Mateo 9:6)

"Todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre." (Hechos 10:43)

Santiago II, rey de Inglaterra en el siglo XVII,  fue un monarca autoritario. Destronado, tuvo que huir a Francia y murió en el castillo de Saint-Germain-en-Laye en 1701. De él se cuenta que una vez le dijo a un oficial que se había rebelado contra él:

–Señor Aylasse, usted sabe que está en mi poder perdonarle.

–Sí, dijo el oficial. Sé que está en su poder, pero también sé que no está en su carácter.

El oficial tenía razón; perdonar no es algo natural para el ser humano. No lo era para el rey, ni tampoco lo es para nosotros. Pero sin embargo, Dios sí perdona. La biblia afirma “Tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia…” (Nehemías 9:17). Y también nos dice que Dios es “amplio en perdonar” (Isaías 55:7).

Pero la biblia también afirma que para ser perdonado por Dios es necesario arrepentirse del pecado. No hay nadie que merezca el perdón de Dios, es algo que se nos concede como una gracia por medio del sacrificio de Jesús en la cruz. Por eso, "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

La biblia afirma que si reconozco que soy un pecador, la fe en Jesús y en su sacrificio me salva completamente. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Dios nos está llamando y solo es necesario dar un pequeño paso hacia él, el paso de la fe, creer en Él ¿Que impide hacerlo ahora mismo?


8 de septiembre de 2024

Miedo


En “La canción de amor de J. Alfred Prufrock” de T. S. Eliot, el que para mi es el mejor poema jamás escrito, después de presentarnos al protagonista hablando de tu a tu con su soledad reduce toda su vida a un solo verso diciendo “y, en resumen, tuve miedo”. Y ese miedo que explica la vida de Prufrock es también la explicación de muchas de las situaciones que el ser humano vive.  

Tuve miedo” son las primeras palabras que podemos leer pronunciadas por un ser humano en la biblia (Génesis 3:9-11), cuando Dios llama a Adán en el huerto. Cuando Saúl y todo Israel ven a Goliat nos dice la biblia en 1 Samuel 17: 11 que “… se turbaron y tuvieron gran miedo”. Cuando el concilio de los fariseos se reúne tras escuchar las señales que Jesús había hecho no las ponen en duda, sino que plantean “Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.” (Juan 11:48). Tenían miedo a la reacción de los romanos. 

Por supuesto que también nosotros sabemos lo que es tener miedo. Porque por supuesto también nosotros hemos tenido que enfrentar situaciones que nos daban miedo. Hemos tenido miedo, como Adán, por las consecuencias de nuestro pecado. O, como el pueblo de Israel, ante un problema que no estamos capacitados para enfrentar con nuestras propias fuerzas. O, como los fariseos a las consecuencias de seguir, y obedecer, a Cristo. Todo el mundo sabe lo que es tener miedo porque es algo que todo el mundo ha experimentado.

Lo que no todo el mundo puede vivir es la experiencia de enfrentar ese miedo teniendo a tu lado a un Dios que no te deja solo en tu angustia. Y es que ser cristiano quiere decir que tienes a un Dios que te dice “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10). Saber que no estamos solos, que tenemos un Dios que nos acompaña, que nos da fuerzas y que nos ayuda es un maravilloso privilegio que nos permite vivir confiados. Un privilegio que Dios ha puesto al alcance de todo el mundo. 

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." (Filipenses 4:6-7))


1 de septiembre de 2024

¡No te rindas!


"Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios." (Hebreos 12:1-2)

¡𝐍𝐎 𝐓𝐄 𝐑𝐈𝐍𝐃𝐀𝐒!

En 1952, la campeona Florence Chadwick quiso atravesar nadando los 40 km. que separan la costa californiana de la isla de Santa Catalina. Después de 15 horas, una espesa niebla la desorientó, por lo que se rindió a solo 1 km de la meta. Dos meses más tarde hizo un segundo intento y, de nuevo, una espesa niebla cayó sobre el agua. Pero siguió adelante y llegó a su destino, convirtiéndose en la primera mujer en lograr esta hazaña. Cuando le preguntaron cómo lo había logrado, Florence dijo: «Pensaba mucho en la playa a la que quería llegar, aunque no podía verla».

Es un ejemplo para nosotros los cristianos. A menudo tenemos la tentación de rendirnos, de desanimarnos en el camino, como el pueblo de Israel en su camino hacia la tierra prometida (Números 21:4).

¿Cómo vivir en tiempos de oscuridad, de desánimo y tentación? Pensemos en la meta: “No niegues en la oscuridad lo que has visto en la luz”, escribió un poeta inglés. En tiempos de angustia, recordemos las muchas veces que el Señor nos ha librado. Aceptemos de parte de Jesús lo que nos sucede, la tristeza, el desánimo quizá… y hablémosle de todo esto por medio de la oración. El secreto de la perseverancia es fijar “los ojos en Jesús”. En los momentos difíciles, pensemos siempre en Jesús. Él nos ayudará a superar todo y a mantenernos firmes.

Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14)



25 de agosto de 2024

Una de Einstein

El famoso físico Albert Einstein sufrió serias descalificaciones en Alemania por su condición de judío. En una ocasión se unieron un grupo de científicos que publicaron el manifiesto “Cien autores en contra de Einstein”. Él simplemente comentó “¿Por qué cien? Si estuviese equivocado con uno solo bastaría”. 

Cuando Jesús tuvo su ministerio en esta tierra fue perseguido con saña por los fariseos. Aquellos que precisamente esperaban su llegada. Podemos ver a lo largo de los evangelios como se acercan a Jesús no buscando en Él las señales que debían identificar al mesías ni escuchando su palabra, sino buscando tentarle. “Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, …” (Mateo 33-34). Llegan incluso a llevar ante Jesús a una mujer adultera, una vez más no buscando hacer justicia sino “Mas esto decían tentándole, para poder acusarle” (Mateo 8:6). Sin embargo cada vez que lo intentan el resultado es el mismo “Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros” (Mateo 8:9). No pueden encontrar nada, y terminan humillados y avergonzados ante Jesús. 

Por ello nos dice el evangelio de Mateo que “Entonces los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle” (Mateo 26:3-4). Habría bastado una sola vez, un error, una equivocación, !un pecado¡, pero no pudieron hallarlo y en lugar de entender y aceptar que Jesús era el Mesías prometido. En lugar de alegrarse por que “… hoy ha venido la salvación a esta casa;” (Lucas 19:8-10), eligieron usar engaños para detener a Jesús y matarle. 

Bien sabemos que hoy en día la figura de Jesús, y la de los cristianos, sigue siendo algo molesto que hay que destruir como sea. Tergiversando su mensaje, con mentiras, con burlas … Pero aún así su mensaje de salvación sigue ahí, para todo el mundo. Para que todo aquel que le busque de corazón pueda alcanzar el perdón de pecados y la vida eterna. 

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)


18 de agosto de 2024

Información privilegiada (I)


Tener información privilegiada te permite jugar con ventaja. En el mundo de la inversión, saber que a una empresa le van a conceder un contrato muy importante, o va a obtener una patente revolucionaria, te da la oportunidad de comprar, o vender, antes que los demás y obtener grandes beneficios. Más cercano a nuestra realidad, por lo menos a la mía, saber que una carretera está en obras te permite elegir con tiempo otra ruta y librarte de un atasco. O enterarte de que en una empresa ha surgido una vacante te da la oportunidad de postularte antes que los demás y aumenta tus posibilidades de obtener ese puesto. Si tienes una información privilegiada puedes anticiparte a algún suceso futuro y obtener por ello un beneficio personal. 



Lamentablemente ese tipo de información no acostumbra a estar disponible para todo el mundo, por eso se la considera “privilegiada”. La biblia, aunque esto pueda sorprenderte, contiene mucha información privilegiada. 

En primer lugar, la biblia te dice que eres pecador. "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). Por supuesto es muy posible que esto ya lo sepas y te sea indiferente, pero ten en cuenta que también te avisa de que por tu pecado estás apartado de Dios. 

¿Y a ti que más te da? Bueno, en realidad tendría que preocuparte porque la biblia también avisa de que se te juzgará. "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio," (Hebreos 9:27). Se te juzgará, sí. Y esto es lo malo que, como vimos antes, todos, tu y yo incluidos, somos pecadores y la biblia dice con claridad que "... la paga del pecado es muerte ..." (Romanos 6:23)

Así que aquí tienes algo de información privilegiada. Dios sabe que eres pecador, y se te va a juzgar por ello. Malas noticias. Pero cuando hablábamos de este tipo de información decíamos que lo bueno era que te permitía anticiparte y obtener un beneficio personal ¿recuerdas? ¿Y donde está aquí el beneficio? 

Bueno, Dios no se limita a decirte que vas a ser condenado, también te dice, y esto es lo más importante, que ha puesto un medio para que puedas obtener vida eterna. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16). 

Sí, Dios envío a su hijo a este mundo para que todo aquel que crea en Él, obtenga la vida eterna. Por su amor puso un medio para que tu puedas ir a ese juicio con la certeza de que el pago de tus pecados ya fue realizado por Cristo en la cruz. 

Ahora tienes información privilegiada ¿Que vas a hacer con ella? 




 



11 de agosto de 2024

Dios es amor


"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta." (1 Corintios 13:4-7)

Cada uno tiene diferentes necesidades que, generalmente, son fruto de circunstancias personales. Y digo generalmente porque el pecado también genera en nosotros necesidades que realmente no lo son. Pero eso es otro tema. 

La cuestión es que, independientemente de cuales sean nuestras circunstancias personales, todos tenemos una necesidad en común. Amor. 

Da igual quien seas, donde vivas, cual sea tu situación personal, tu capacidad adquisitiva. Da igual cuales sean tus logros personales, tus estudios ... Necesitas amor, saberte amado. Y todos entendemos que una vida sin amor es una vida oscura y terrible. 

La biblia nos habla del amor perfecto. Ese amor que se describe en el conocido texto de 1 Corintios con el que iniciamos esta entrada. Un amor sin envidia ni prepotencia. Que no es interesado, sin rencor, dispuesto a sufrir, dispuesto a esperar. Un amor tan, tan perfecto que, bien lo sabemos, nos es ajeno. A los hombres nos es imposible amar así. 

Pero la biblia también nos dice que Dios es amor. Y su amor, este sí, es perfecto. Tan perfecto que aún cuando no hemos hecho nada para merecerlo Dios, por su inmenso amor, envío a su hijo a este mundo a morir por nuestros pecados. Para que por ese sacrificio perfecto pudiéramos tener vida eterna. 

"Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él." (1 Juan 4:7-9)

4 de agosto de 2024

El privilegio más grande

 

¿Te imaginas poder vivir la experiencia de ganar un premio importante? Te hablo de ganar un Oscar, un oro olímpico, un Nobel… Algo así. O que alguien realmente importante haga una comida y te invite personalmente. A ti. De entre todas las personas del mundo te elige a ti para cenar con él. Menudo privilegio. Lo malo es que, normalmente, para que te den un premio de esos tan importantes hay que ganarlo. Y para que alguien realmente importante te invite a su mesa pues, normalmente, tienes que ser tan importante como él o, con bastante frecuencia, tienes que tener algo que te hace necesario para sus intereses. Y no sé tu, pero en mi caso no creo que nunca tenga opciones ni para ganar uno de esos premios tan importantes ni para que haya ninguna persona realmente relevante que me tenga en su lista de invitados para su próxima fiesta. 

Pero hay un privilegio aún mayor que todo eso. Haber conocido a Jesús. Y aún mayor que eso, haberle conocido, que Él te hablase y que, personalmente, te dijera “Tus pecados te son perdonados”. Jesús se lo dijo a muchas personas, a la mujer pecadora en casa de Simón el fariseo (Lucas 7:36-50), a un paralítico (Marcos 2:1-12), a Zaqueo (Lucas 19:1-9)… Muchas personas tuvieron el inmenso privilegio de que Jesús mismo les dijese que habían sido limpiados de su pecado. 

Hoy en día, aunque esperamos su regreso, Jesús no está físicamente en esta tierra así que esa maravillosa experiencia que vivieron Zaqueo, el paralítico y otras muchas personas no nos va a ser posible disfrutarla. Pero Jesús sigue dándonos la oportunidad de que nuestros pecados sean perdonados. 



La Biblia dice “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:4-9). En este texto nos está diciendo que Dios, por medio de Cristo, nos da vida. Y que aún cuando por nuestros pecados estábamos muertos, Él nos resucita, y nos invita a sentarnos junto a Él por todo la eternidad. El privilegio máximo que es que Jesús te diga “Tus pecados te son perdonados” todavía está a nuestro alcance. 

Si aún no has dado el paso de entregarle a Él tu vida, este es un buen momento para orar y decirle que eres pecador, que aceptas ese sacrifico perfecto de Cristo en la cruz, y que quieres que Él habite en tu corazón. Si lo haces será como si Jesús mismo te dijera “Tus pecados te son perdonados”. 

28 de julio de 2024

Corriendo en el estadio

 


"¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado." (1 Corintios 9: 24-27) 

Este pasado viernes, con el encendido del pebetero, dieron comienzo en París los XXXIII Juegos Olímpicos de la era moderna. Para muchos deportistas ganar una medalla de oro en las olimpiadas supone la culminación de sus aspiraciones. El premio máximo a toda una vida de esfuerzo y privaciones, de entrenamiento constante. Una vida dedicada a prepararse para este momento. Y, por supuesto, conseguir ese oro olímpico en alguna de las disciplinas deportivas tiene que ser maravilloso. La victoria. La gloria. 

¿Y luego? Luego la nada. Si el atleta ha conseguido una hazaña realmente meritoria es posible que se hable de ello por décadas, como los cuatro oros que Jesse Owens ganó frente a Hitler en Berlín 36, o cuando Bob Beamon arrasó el récord de salto de longitud en México 68, pero lo cierto es que antes o después todas esas hazañas pasan al olvido. El tiempo borra los nombres, aparecen nuevos héroes y se logran nuevas marcas que hacen palidecer lo que antaño se consideraban récords imbatibles. 

El apóstol Pablo, en la primera carta a los corintios, pone el ejemplo de una carrera en un estadio. Todos se han preparado para ese momento y todos corren. Pero solo uno habrá de ganar y llevarse el premio. Una corona de olivo salvaje. Una corona que, como bien nos señala el apóstol, es corruptible, temporal y que no tendrá más transcendencia. 

Pero el apóstol usa ese ejemplo como contraposición de la vida eterna. Nos habla de una corona incorruptible. Una corona que nadie nos podrá quitar y que está al alcance de todos los hombres y no solo de un ganador. Una corona por la que bien vale pelear. 

¿Como podemos conseguir esa corona? Cuando el apóstol Pablo era ya un anciano escribió a su discípulo Timoteo una carta en la que retoma la ilustración de la corona. "7He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida." (2 Timoteo 4: 7-8). Pablo le dice que ha corrido la carrera hasta el final, que se ha esforzado y que le está guardada esa corona de justicia. Pero lo más importante "He guardado la fe". 

"Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá." (Romanos 1:17)

14 de julio de 2024

Sobre el temor a Dios

"El temor del Señor es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte." (Proverbios 14:27)

"El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre." (Eclesiastés 12:13)

Normalmente entendemos el verbo "temer" como un sinónimo de tener miedo. Y aunque en general es correcto, cuando la Biblia habla de temer a Dios el concepto es diferente. Se trata más bien de tener conciencia de su grandeza y santidad. De estar atentos a todo aquello que pensamos o hacemos ante nuestro Dios. Para el cristiano, el temor reverente a Dios, es un concepto esencial de la vida. Movido por la fe y el amor a Dios, busca agradarle a Él. Si buscamos en su palabra, la biblia, veremos que el temor a Dios y la sabiduría van unidos: "El temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Proverbios 9:10).

Además el temor a Dios tiene consecuencias positivas, aún incluso en tiempos difíciles: "Por la fe Noé ... con temor preparó el arca en que su casa se salvase" (Hebreos 11:7), como Dios le había dicho (Génesis 6:14). El resultado de ese temor de Dios fue su salvación y la de su familia. 

En medio de nuestras luchas y tristezas estamos llamados a obedecer primeramente a nuestro Dios, sin olvidar sus promesas: "Yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen" (Eclesiastés 8:12).

El temor a Dios es una fuente de felicidad, fuente de vida, que nos llama a buscar la presencia del Señor, y no a huir de ella. “En tu presencia hay plenitud de gozo” (Salmo 16:11).

"... temed a Dios, y dadle gloria ..." (Apocalipsis 14:7)







7 de julio de 2024

Mirando a las estrellas

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.” (Colosenses 3: 1-2)

El astrofísico Stephen Hawking (1942-2018), que dedicó toda su vida a descifrar los secretos del universo, declaró en una ocasión “Mi objetivo es muy simple. Comprender por completo el universo. Entender por qué es como es y por qué existe”. Hawkins fue tremendamente admirado y unánimemente reconocido como uno de los científicos más importantes de su generación. Era además un hombre que rechazó públicamente a Dios y combatió cualquier opinión que le atribuyera a Él el más mínimo papel en la creación. Invitaba a todo el mundo a hacer como él “Mire hacia las estrellas y hacia sus pies. Intente dar un sentido a lo que ve y, pregúntese qué hace que el universo exista. Sea curioso”. 

La Biblia también nos invita a mirar hacia arriba, pero por motivos muy diferentes. “Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas” (Isaías 40: 26). “ El Señor … cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llamó por sus nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Salmo 147: 2-5). La gloria de Dios se hace visible en su creación.

Y también nos invita a mirarle a Él porque es un Dios salvador. “Mirad a mí, y sed salvos” (Isaías 45: 22). Si creo que Jesucristo cargó con mis pecados en la cruz, entonces no solo podré contemplar la belleza de las estrellas, sino que podré conocer al que lo creó, Jesús.

El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.” (Efesios 4: 10)


30 de junio de 2024

Una vida con sentido

 

"Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado." (Isaías 26:3)

A principios del siglo XX, el psiquiatra Carl Gustav Jung afirmó que "El hombre no puede soportar una vida sin sentido". Hoy en día, a pesar de todo lo que la sociedad ha cambiado, la frase de Jung sigue describiendo uno de los grandes problemas del ser humano.

¿Que da sentido a tu vida? ¿El trabajo? ¿El dinero? ¿Las fiestas? ¿El amor? Todas esas cosas pueden desaparecer de un momento a otro. Una crisis puede dejarnos sin trabajo, los bancos quiebran, la salud puede desaparecer y, por desgracia, los seres queridos pueden morir. Y cuando eso ocurre y aquello que daba sentido a nuestra vida desaparece ... ¿Que podemos hacer? Nos damos cuenta de lo frágil y corta que es la vida.

Y sin embargo, a lo mejor ha oido decir a algún amigo cristiano que es Dios el que da sentido a su vida ¿De que está hablando al decir eso? Porque es evidente que los cristianos pasan por las mismas dificultades que aquellos que no creen. La diferencia es que los cristianos tienen la certeza de que "a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8: 28). Los cristianos sabemos que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y si confiamos en Él y permitimos que dirija nuestras vidas podremos entender por qué estamos en este mundo y qué nos tiene reservado. Para cada uno de sus hijos Dios tiene "pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis" (Jeremías 29: 11).

"Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma." (Salmo 143: 8)

16 de junio de 2024

Yo soy

 


Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente…” (Juan 11: 25-26)



A lo largo de la historia ha habido grandes hombres que han guiado a la humanidad. Algunos simplemente con discursos que tocaron el corazón de las gentes de su tiempo poniéndolos en la dirección correcta, librándolos de un pozo oscuro con frases que han pasado a la historia. Otros realizaron ellos mismos gestas que parecían imposibles siendo reconocidos como héroes por sus conciudadanos. De muchos de ellos se puede hoy en día visitar la tumba en la que reposan sus restos. De otros, como por ejemplo Alejandro Magno, el tiempo ha hecho que olvidemos donde está su mausoleo. 

Y sin embargo nunca nadie pudo prometer, sin mentir, que si creíamos en él no moriríamos eternamente. Nunca nadie pudo decir de sí mismo que él era “la resurrección y la vida”. Tan solo Jesús. Y además, bien lo sabemos, no se limitó a hacernos una promesa que se cumplirá en un futuro que esperamos lejano sino que sustentó sus palabras con la demostración de su poder resucitando a Lázaro. 

Jesús dijo esas palabras a Marta, la hermana de Lázaro, y acto seguido le preguntó “¿Crees esto?” A lo que Marta respondió “Sí, Señor, yo he creído que tu eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.” (Juan 11: 27)

Jesús nos sigue haciendo esa pregunta ¿Creemos esto? 

¿Quien como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién con tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Exodo 15: 11).


11 de junio de 2024

Cristo me ...

 


2 de junio de 2024

Homo homini lupus

"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo el Señor… que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras." (Jeremías 17:9-10)

Homo homini lupus

¿Como es posible? Con frecuencia esa pregunta se levanta como un clamor unánime frente a noticias de guerras, genocidios, terrorismo, masacres ... Miramos atrás y no entendemos como es posible que no hayamos aprendido la lección. Nos gustaría que las tragedias que la humanidad ha vivido en el pasado hubieran servido para que aprendiésemos las consecuencias de la guerra, del odio, pero la triste verdad es que repetimos constantemente el mismo error. Sigue habiendo guerras a nuestro alrededor y el delicado equilibrio de la paz parece que se va a romper de un momento a otro. A pesar de nuestro sincero deseo de vivir en paz es innegable que, como dijo Hobbes, homo homini lupus. El hombre sigue siendo un lobo para el hombre. 

Por supuesto que los analistas esgrimen circunstancias económicas, políticas o sociales como causa y explicación de todos y cada uno de los diferentes problemas que nos rodean, pero es un error. Lo cierto es que el problema está en cada uno de nosotros. El problema es el pecado. Nuestro pecado, que nos ha alejado de Dios y es la causa última de todos los problemas del mundo. 

Pero ... ¿entonces? ¿No tenemos esperanza? ¿Estamos condenados a una vida de tristeza, desolación y amargura? Ciertamente no. Dios envió a su hijo, Jesús, a este mundo para darnos esa paz que el mundo nos hurta. Un Jesús que nos dijo "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo." (Juan 14: 27). Un Jesús que nos promete que en Él, aún en medio de la locura de este mundo, podemos tener paz, "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo." (Juan 16: 33). 


"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." (Filipenses 4: 6-7)


19 de mayo de 2024

A través de los ojos

"Alégrate, joven… anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios." (Eclesiastés 11:9)

"… Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos." (Efesios 1:18)

A TRAVÉS DE LOS OJOS

Según un análisis llevado a cabo por Neuromedia “recibimos un impacto publicitario cada 10 segundos, lo que equivale a 6.000 impactos diarios”. Pero en realidad no necesitamos ningún estudio para darnos cuenta de que la publicidad lo invade todo. Las calles, las tiendas, la televisión, el movil, ... todo lo que nos rodea nos "anima" a consumir mucho más allá de lo que racionalmente podemos necesitar. 

Pero en medio de esta vorágine consumista la Biblia nos avisa con claridad "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo." (1 Juan 2:16).

El libro de Génesis nos cuenta como Lot , el sobrino de Abraham, "alzó sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán". Y, poco a poco, fue plantando sus tiendas hasta que termino viviendo en la ciudad de Sodoma de cuyos habitantes se nos dice que "eran malos y cometían horribles pecados contra Jehová" (Génesis 13). Poco a poco se fue alejando del camino de la fe en pos de la prosperidad que sus ojos veían. 

Pero en la Biblia también tenemos el ejemplo de Moisés, de quien se nos dice que "Tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (Hebreos 11:26-27). 

No nos dejemos arrastrar por todo lo que el mundo pone ante nuestros ojos, antes caminemos "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" (Hebreos 12:2).





12 de mayo de 2024

No puedo creer

"¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!" (Lucas 13:34)

"No queréis venir a mí para que tengáis vida." (Juan 5:40)

Muchas personas, al hablarles de Dios, responden que no pueden creer porque no tienen fe. Pero en los versículos anteriores Jesús afirma que es un rechazo deliberado. 

Y es que mucho antes de que Jesús viniera a la tierra, Dios había enviado profetas a su pueblo desobediente buscando que se volviesen a Él. Pero a pesar de todo nos dice que "... no oyeron mis palabras, que les envié por mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar; y no habéis escuchado, dice Jehová" (Jeremías 29: 19). Incluso la capital, Jerusalén, fue con frecuencia el escenario de agresiones físicas contra los mensajeros De Dios. 

Durante su vida en la tierra Jesús hizo todo lo posible para reunir a su pueblo "debajo de sus alas", pero en todas las ocasiones la respuesta es la misma "no quisiste". 

En el versículo de Juan 5:40 que citamos al principio, Jesús va más allá y nos muestra a dónde conduce esa voluntad opuesta en el corazón del hombre. “No queréis venir a mí para que tengáis vida”. Porque eso es lo que está en juego: la vida eterna. Como lo hizo en el pasado por boca de Moisés, Dios nos pone ante una elección: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas” (Deuteronomio 30:19).

¿Y tu? ¿Qué eliges?







5 de mayo de 2024

Cuando el emir se entere ...

"Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado." (Salmo 32: 1-5)

Un hombre llamado Karim trabajaba para un poderoso emir. Este poseía un gran parque repleto de aves exóticas entre las que destacaba por su belleza un pato de una especie extremadamente rara que era el animal favorito del emir. 

Un día Karim vio algo saliendo de un matorral y, sin pensarlo, disparó su honda. Cuando se dio cuenta de que había matado al pato del emir se asustó y, pensando que nadie le había visto, enterró el ave. Por supuesto enseguida se supo que el pato había desaparecido y todo el palacio comenzó a buscar al animal por todas partes, pero todo fue en vano. A pesar de todos los esfuerzos nadie lo encontró. El emir estaba terriblemente enfadado. 

Unos días después el cocinero del palacio le pidió a Karim que fuese a buscar agua de lo fuente, a lo que este se negó. Entonces el cocinero le susurró al oido "Cuando el emir se entere de quien mató al pato ...". Asustado, Karim no tuvo otro remedio que obedecerle e ir hasta la fuente a por agua. Por supuesto el cocinero aprovechó la situación para exigirle todo tipo de servicios, mientras repetía su amenaza "Cuando el emir se entere ..." y Karim no tenía más remedio que obedecer. 

Todo siguió más o menos igual hasta que un día Karim no pudo aguantar más. Asustado fue y se postró a los pies del emir, confesó lo ocurrido y, para su sorpresa, el emir le perdonó. Karim no cabía en si de gozo.  Liberado de su angustia, salió del palacio del emir y se encontró con el cocinero, quien le pidió que fuera a buscar agua. Karim se negó y, cuando el cocinero repitió la misma amenaza de siempre, Karim le respondió sonriente "Lo sabe !y me ha perdonado¡". 


"De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado... Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres." (Juan 8: 34-36)

Al igual que Karim, el ser humano está atrapado y condenado por su pecado. Pero podemos ir confiadamente al Señor, sabiendo que Él no nos rechazará. Antes al contrario, está dispuesto a perdonar todas nuestras faltas y darnos vida eterna. 

"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6: 23)

"... al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios." (Salmo 51: 17)

28 de abril de 2024

¿Libres?

"Escogeos hoy a quién sirváis." (Josué 24:15)

"Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios." (Gálatas 4:7)

Hoy en día, gracias a Dios, no hay ningún país en el que esté permitida la esclavitud. Inglaterra la abolió en 1834, Francia en 1848 y Estados Unidos de Norteamérica la abolió el 1 de enero de 1863 con la proclamación de emancipación. España la había abolido en la península en 1821 pero en Cuba fue permitida hasta 1880. El último país del mundo en abolir por completo la esclavitud fue Mauritania, que la ilegalizo en 1981. 

Sin embargo la humanidad sigue sufriendo otras formas de esclavitud. Las drogas, el alcoholismo, la pornografía, los móviles ... Y, sobre todo, sigue siendo esclava del pecado. "... De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado." (Juan 8:34). La biblia nos avisa de que "... vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;" (1 Pedro 5:8). 

Y aunque para los hombres nos es imposible librarnos de esas cadenas que son el pecado, Cristo vino a darnos la libertad. Él abolió esa esclavitud. A todo aquel que se arrepiente no solo le da la libertad sino que nos dice que "aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús" (Efesios 2: 5-6)

En esta mañana podemos elegir. Ser esclavos del pecado o servir a un Dios que nos libera de esa esclavitud, nos da vida y nos convierte en sus hijos. 

¿A quien sirves? Si sirves al Señor Jesús, entonces eres verdaderamente libre. 

"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres." (Juan 8:36)



Te animo a leer el capítulo 2 de efesios pulsando en este enlace.





21 de abril de 2024

Jesús lloró

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación." (Mateo 5:4)

"... El Señor ... me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, … a consolar a todos los enlutados." (Isaías 61:1-2)

Juan 11: 35 es el versículo más corto de la Biblia. Simplemente dice "Jesús lloró". Nada más. Pero con esas dos palabras se nos muestra a un Jesús que comparte el dolor por la pérdida de su amigo con aquellos que lloraban frente a la tumba de Lázaro. Nos muestra a un Jesús que sufre, como también nosotros sufrimos, ante la inevitabilidad de la muerte. 

Pero también es Jesús de quien nos dice el pasaje de Isaías que vino "a consolar a todos los enlutados". Y no solo a consolar con bienintecionadas palabras de ánimo, sino que él nos puede dar el consuelo supremo que es la vida eterna. Porque ese Jesús al que vemos llorando ante la tumba es el mismo del que el evangelio de Juan nos dice "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)

Cuando muchos comenzaron a abandonarle y Jesús preguntó a sus discípulos si ellos también querían irse "Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna." (Juan 6:68)

Si elegimos creer en Él no estaremos exentos de aflicción. Habrá, por supuesto, momentos para llorar,  momentos de dolor, pero podemos estar seguros de que en Él encontraremos consolación.

 "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo." (Juan 16:33)

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21:4).



14 de abril de 2024

Una dedicatoria

Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.” (Juan 11: 47-50)

“Una introducción a la topología algebraica”, de Joseph J. Rotman, es un libro relativamente famoso no tanto por su contenido como por la dedicatoria que el autor plasmó en sus primeras páginas. Concretamente esa dedicatoria dice así “A mi esposa Marganit, y a mis hijos Ella Rose y Daniel Adams, sin cuyas constantes interrupciones habría podido acabar este libro dos años antes”. Ignoro la seriedad de la dedicatoria, quiero pensar que era algún tipo de broma familiar, pero  lo cierto es que me parece graciosísima. 

Pero también me parece una buena ilustración del hombre moderno. Centrado en sí mismo y para el cual el resto de las personas se dividen entre aquellas que le sirven para algún propósito o simplemente son una molestia prescindible. Te sigo en las redes sociales no porque me interese lo que compartes sino para que tu me sigas. Para que me des visibilidad. Hago cosas, viajo, como, corro … para poder publicarlo y recibir likes. 

En el texto del evangelio de Juan vemos como los sacerdotes y fariseos reunidos reconocen las señales que Jesús hacía pero en lugar de alegrarse y reconocer en Él al mesías prometido lo que hacen es preocuparse. Preocuparse porque la gente podía dejar de seguirles a ellos y seguir a Jesús. Preocuparse porque los romanos podían destruir Israel. Se preocupan porque ese Jesús les puede trastocar su confortable existencia. 

Pero ese Jesús que es Dios mismo hecho hombre. Señor de señores, Rey de reyes. Que es todopoderoso y el único digno de adoración no ha venido a este mundo para reclamar su lugar sino para humillarse hasta lo indecible. Ha venido para darnos la oportunidad de que nuestros pecados sean borrados y poder así restaurar nuestra relación con el Padre. 



Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20: 26-28)

7 de abril de 2024

La obra de un artista


“1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. 2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, 3 procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. 4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. 6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. 7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. 8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. 9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19: 1-10)

A principios del siglo XVI había abandonado en Florencia un enorme bloque de mármol de casi seis metros de altura. Al haber sido dañado por varios artistas que habían tratando de esculpir en él se consideraba que ese bloque, agrietado y fracturado, era inservible. Sin embargo un artista que todavía no había realizado ninguna obra digna de ser tomada en consideración tomó la responsabilidad de extraer una escultura de ese bloque. Lo rodeó con una valla y durante cuatro años se pudo escuchar el sonido del cincel golpeando contra la piedra. Finalmente el artista retiró la valla y la ciudad de Florencia pudo contemplar una de las más grandes obras escultóricas que el hombre ha creado. El David de Miguel Ángel. De un bloque de mármol desechado por todos y aparentemente inservible Miguel Ángel había sido capaz de crear algo extremadamente bello.

¿Conoces a alguien que es como ese bloque? ¿Alguien que no sirve para nada? ¿De quien nadie espera nada? Incluso a lo mejor resulta que tú piensas que eres esa persona. Sin futuro, sin esperanza. Destinada a ser apartada porque no tienes ningún valor.

El pasaje de Lucas nos muestra como cuando Jesús va a la casa de Zaqueo “todos murmuraban diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador” (v.7). A buen seguro todos ellos se consideraban mucho más dignos de que Jesús posase en sus casas pero Jesús elige a Zaqueo y su visita es transformadora. Podemos ver como Zaqueo muestra su arrepentimiento y cambia su vida. Y de él dice Jesús “Hoy ha venido la salvación a esta casa”. La palabra nos enseña que el Señor no cierra la puerta a nadie, que no hay pecado tan grande que el amor de Dios no pueda perdonar. 

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás … y al que a mí viene, no le echo fuera.” (Juan 6: 35-37)

Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.” (Isaías 64:8)