"Alégrate, joven… anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios." (Eclesiastés 11:9)
"… Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos." (Efesios 1:18)
A TRAVÉS DE LOS OJOS
Según un análisis llevado a cabo por Neuromedia “recibimos un impacto publicitario cada 10 segundos, lo que equivale a 6.000 impactos diarios”. Pero en realidad no necesitamos ningún estudio para darnos cuenta de que la publicidad lo invade todo. Las calles, las tiendas, la televisión, el movil, ... todo lo que nos rodea nos "anima" a consumir mucho más allá de lo que racionalmente podemos necesitar.
Pero en medio de esta vorágine consumista la Biblia nos avisa con claridad "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo." (1 Juan 2:16).
El libro de Génesis nos cuenta como Lot , el sobrino de Abraham, "alzó sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán". Y, poco a poco, fue plantando sus tiendas hasta que termino viviendo en la ciudad de Sodoma de cuyos habitantes se nos dice que "eran malos y cometían horribles pecados contra Jehová" (Génesis 13). Poco a poco se fue alejando del camino de la fe en pos de la prosperidad que sus ojos veían.
Pero en la Biblia también tenemos el ejemplo de Moisés, de quien se nos dice que "Tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (Hebreos 11:26-27).
No nos dejemos arrastrar por todo lo que el mundo pone ante nuestros ojos, antes caminemos "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" (Hebreos 12:2).

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