16 de junio de 2024

Yo soy

 


Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente…” (Juan 11: 25-26)



A lo largo de la historia ha habido grandes hombres que han guiado a la humanidad. Algunos simplemente con discursos que tocaron el corazón de las gentes de su tiempo poniéndolos en la dirección correcta, librándolos de un pozo oscuro con frases que han pasado a la historia. Otros realizaron ellos mismos gestas que parecían imposibles siendo reconocidos como héroes por sus conciudadanos. De muchos de ellos se puede hoy en día visitar la tumba en la que reposan sus restos. De otros, como por ejemplo Alejandro Magno, el tiempo ha hecho que olvidemos donde está su mausoleo. 

Y sin embargo nunca nadie pudo prometer, sin mentir, que si creíamos en él no moriríamos eternamente. Nunca nadie pudo decir de sí mismo que él era “la resurrección y la vida”. Tan solo Jesús. Y además, bien lo sabemos, no se limitó a hacernos una promesa que se cumplirá en un futuro que esperamos lejano sino que sustentó sus palabras con la demostración de su poder resucitando a Lázaro. 

Jesús dijo esas palabras a Marta, la hermana de Lázaro, y acto seguido le preguntó “¿Crees esto?” A lo que Marta respondió “Sí, Señor, yo he creído que tu eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.” (Juan 11: 27)

Jesús nos sigue haciendo esa pregunta ¿Creemos esto? 

¿Quien como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién con tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Exodo 15: 11).


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