![]() |
“En el día que temo, yo en ti confío.” (Salmo 56:3)
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” (Salmo 4: 8)
“¡Que buen vasallo, si tuviese buen señor!”. El famoso verso del Cantar del Mío Cid expresa con esas palabras la lealtad que Rodrigo Díaz de Vivar, a pesar de haber sido calumniado y desterrado, le profería al Rey Alfonso VI. Sin haber hecho nada para merecerlo, el Cid partió al destierro y, aún lejos de su hogar, continuó luchando por la corona de Castilla.
A lo largo de la historia pocas veces el mundo ha tenido al frente a lideres dignos de confianza y, desde luego, nuestros días no son una excepción. Diríase más bien que la humanidad se está empecinando en poner al frente a las personas más ineptas e inadecuadas para gobernar. Personas que están arrastrando al mundo al caos. Incapaces de resolver los problemas que realmente preocupan a la gente. Antes al contrario, pareciera que más bien generan nuevos problemas y conflictos por todas partes.
Sin embargo esto no es nuevo. Ya desde los tiempos del profeta Samuel, cuando el pueblo le pide que les nombre un rey (1 Samuel 8), podemos ver cuan pocos monarcas hubo a los que realmente pudiéramos considerar buenos dirigentes. La mayoría apartaron el consejo de Dios y se dejaron llevar por sus deseos arrastrando con ellos al pueblo. Y, lamentablemente, así ha sido a lo largo de los siglos sin que nuestros días puedan ser considerados una excepción.
Pudiera parecer que no hay solución, que estamos condenados a formar parte una multitud perdida y sin esperanza, que no tiene quien les dirija, pero no es verdad. Aún hoy en día Dios nos invita a confiar en Él y en su palabra. Porque "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte." (Proverbios 14:12). Y podemos elegir. Seguir a los hombres, ciegos guiando a ciegos, o seguir a un Dios que aún en los momentos más difíciles promete estar con nosotros, ayudándonos más allá de lo que podemos entender. "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." (Isaías 41:10)
“Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande Porque a ti he elevado mi alma.” (Salmo 143:8)

No hay comentarios:
Publicar un comentario