3 de agosto de 2025

Versículo del mes: Deuteronomio 6:4-5

 


11 de junio de 2025

Humor


 

2 de junio de 2025

Versículo del mes: Isaías 41:10


 

1 de junio de 2025

Una segunda opinión


16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? 17 Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. 19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? 21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. 22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.” (Mateo 19:16-30)

Ocurre en ocasiones que al ir al médico no quedamos satisfechos con su diagnóstico y queremos escuchar la opinión de otro facultativo. Buscamos entonces a alguien que haya pasado por el mismo problema y le preguntamos para ver que médico le atendió. O acudimos a alguno cuya fama le precede y pedimos cita para que pueda vernos y nos de una segunda opinión. Eso es sabio. 

Pero en ocasiones, lo que realmente buscamos, es a alguien que nos diga lo que queremos oír. Quizás porque la verdad no nos agrada, o nos da miedo o cualquier otra razón. 

Con el evangelio frecuentemente sucede algo similar. Personas que aparentemente están buscando a Dios, descubren que la biblia es como un espejo que nos muestra nuestra verdadera condición. Y al ver su pecado, en lugar de aceptar la salvación que Dios les ofrece, eligen negarlo y buscar algo diferente. Otra opción que les parezca más atractiva, más acorde a lo que quieren oír. Una religión. Alguien que les diga que ellos son buenos y que sus obras son maravillosas. Algo más agradable de oír. 

Seguir a Jesús exige honestidad y humildad. Reconocer nuestra auténtica condición de pecadores y reconocer también que por nuestros propios medios nos es imposible alcanzar esa salvación que solo Él puede ofrecernos. 

Y dejar a un lado nuestro yo natural, nuestro ego, y permitir que Él tomo el control de nuestras vidas.

Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” (Juan 6:68)


1 de mayo de 2025

20 de abril de 2025

Una tumba vacía


"1 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. 2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro; 3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, 7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. 8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras, 9 y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. 11 Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. 12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido." (Lucas 24:1-12)

Todos aquellos que habían seguido a Jesús estaban devastados. No entendían que había pasado, como era posible, pero el hecho era que el Señor había muerto. Durante tres años habían vivido con Él, acompañándole por los caminos, viéndole hacer milagros y escuchando sus palabras, "palabras de vida eterna" (Juan 6:8), pero ahora se encontraban solos, asustados, intentando entender algo ininteligible y sin saber que hacer.

Pero en medio de esa situación, Dios intervino. Al tercer día, cuando las mujeres acudieron al sepulcro la enorme piedra que tapaba la entrada había sido apartada a un lado y la tumba .... ¡La tumba estaba vacía! Y más sorprendente aún fueron las palabras de dos ángeles "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado". Dios había mostrado su poder y la grandeza de su amor resucitando a Jesús de entre los muertos. El Justo, había atravesado victorioso la muerte, para salvar a todos los que creen en él.

Cuando las mujeres contaron esto a los apóstoles y a todos los que estaban con ellos nos dice el texto que estas palabras "les parecían locura", pero Pedro, cuando lo oyó, corrió al sepulcro, miró dentro, vio los lienzos solos y volvió a casa maravillándose. 

¿Que vamos a celebrar hoy? ¿Una tradición? ¿Una fiesta popular? ¿O que es por medio de ese sacrificio perfecto de Cristo que podemos recibir el perdón de nuestros pecados? 

"5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, .... 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:5-9)

"... esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo." (Romanos 10:8-9)


18 de abril de 2025

El pueblo eligió


"15 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. 16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque sabía que por envidia le habían entregado. 19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21 Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. 22 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! 23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! 24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. 25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. 26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado." (Mateo 27:15-26)

Ocurrió durante la celebración de la pascua judía. El gobernador tenía por costumbre liberar al pueblo un preso y sabiendo que habían entregado a Jesús por envidia les dio a elegir "¿A quien queréis que os libere?", preguntó, "¿A Barrabás o a Jesús?" Pensaba Pilato que entre Barrabás, un bandolero homicida, y alguien a todas luces inocente como Jesús la gente elegiría a este último. Sin embargo, para su sorpresa, la multitud gritó unánime: "!A Barrabás¡" Aún incluso cuando les preguntó "¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?" toda la multitud, unánime, gritó "!Sea crucificado¡". 

Viendo Pilato que nada les haría cambiar su decisión, tomó agua, se lavó las manos ante la multitud y dirigiéndose a ellos clamó "Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros". La multitud allí reunida le respondió, "Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos".

Ese mismo día, antes del ocaso, el cuerpo de Jesús sería colocado en la tumba. 

Los apóstoles, los amigos, su familia. Todos quedaron devastados ante la muerte de Jesús ¿Como era posible? ¿Acaso se habían equivocado? Pero ... le habían visto hacer milagros. Había devuelto la vista a personas ciegas. Hecho andar a paralíticos. Multiplicado panes y peces ¡Había resucitado a Lázaro! 

Y habían oido sus palabras, su mensaje. "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente" (Juan 11:25-26), pero ahora que Jesús había muerto ¿Que hacer? ¿Que esperanza les quedaba?

"Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos." (Hechos 3:14-15)

(Continuará el domingo)





13 de abril de 2025

¡Hosanna!

 


"7 y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. 8 Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. 9 Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! 10 Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es este? 11 Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea." (Mateo 21:7-11)

¿Puedes imaginar la escena? Un hombre entrando en la ciudad a lomos de un burro rodeado por una multitud que le aclama. Esa imagen es un contrasentido difícil de entender. El rey de reyes no monta un esplendido corcel, ni va en una majestuosa carroza que permiten apreciar su grandeza y su poder, no. El rey de reyes entra en Jerusalén montado en el animal más humilde que hay, un burrito. 

Pero es no es un obstáculo para que la gente entienda qué es lo que están viendo. Y lo expresan clamando "¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!", lo expresan reconociendo en Jesús al Rey anunciado por Zacarías seis siglos antes cuando dijo: "9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna." (Zacarías 9:9).

Montado sobre ese pollino Jesús es ese Rey justo, ese salvador que Dios ha enviado "para que todo el que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3:16). 



6 de abril de 2025

Locos


¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” (1 Corintios 1:20-21)

En “La gaya ciencia” Nietzsche nos presenta a un loco que va buscando a Dios con una linterna por la plaza del mercado. Ante las burlas de la gente este hombre exclama “Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará?”. Aunque el objetivo de Nietzsche distaba mucho de acercar al hombre a Dios, lo cierto es que las palabras del loco son una descripción bastante buena del problema de nuestra sociedad, del hombre actual. 

Y es que hoy en día nuestra sociedad ha elegido apartarse voluntariamente de Dios. Matar a Dios. Molesta su consejo, molestan sus mandamientos y molesta, sobre todo, que nos diga que no todo nos conviene, que no todo es bueno. Porque la biblia nos dice “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tiemblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”  (Isaías 5:20). Nos habla del pecado, de nuestra condición de pecadores, “Por cuanto todos pecaron…” y de las consecuencias de esa condición de pecadores “… y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Y el hombre ha elegido. Ha elegido llamar a lo malo bueno y a las tinieblas luz. Y a elegido matar a Dios para no oír su voz. 



Pero la biblia da respuesta a la pregunta del loco “¿Quien limpiará esta sangre de nosotros?, ¿Que agua nos limpiará?” Y precisamente esa respuesta es nuestra predicación “… nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios.” (1 Corintios 1:23-24). 


1 de abril de 2025

Versículo del mes: Colosenses 3:1-3

 


16 de marzo de 2025

Padre nuestro (II)


"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." (Lucas 11:2)

El "Padre nuestro" podemos dividirlo de una forma natural en dos partes. Una primera, el versículo dos, en la que nos enseña sobre la necesidad de reconocer quien es Dios. Un solo versículo que nos habla acerca de la necesidad de entender a quien estamos orando. 

En este versículo nos habla de lo que Dios mismo es y nos llama en primer lugar a santificar su nombre, esto es, a ponerlo por encima de todo, a honrarlo y alabarlo. A reconocer su santidad y majestad, para luego establecer una petición, "Venga tu reino". Y con esas palabras expresamos el deseo de que llegue pronto el día en el que el Señor establezca, por fin, su poder sobre la tierra. El deseo de que finalmente llegue ese momento en el que el mal sea derrotado y Él, en la figura de Cristo, reine, por fin, este mundo haciendo que su voluntad se cumpla "como en el cielo, así también en la tierra". 

Pero para poder desear ese "Venga tu reino", es imprescindible haber obtenido la certeza de que nosotros formaremos parte de ese reino. Haber entendido que Jesús vino "para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:15). Y es que "... de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)


2 de marzo de 2025

Padre nuestro (I)


"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." (Mateo 6:9-10)

A la mayor parte de las personas de mi generación nos obligaron a aprender el Padre Nuestro de memoria. Era una especie de mantra mágico que repetíamos mecánicamente en clase de religión sin nada que se pareciese remotamente a la fe. Sin entender siquiera qué era lo que decíamos. 

Pero cuando Jesús, en el capítulo seis de Mateo, explica a sus apóstoles como orar comienza precisamente diciéndoles "Y orando, no uséis vanas repeticiones" (Mateo 6:7). No les está dando un texto para repetirlo mecánicamente, sino una guía para orar. 

Un modelo de oración al que llamamos "Padre nuestro" porque comienza precisamente con esas dos palabras. Jesús invita a sus discípulos a llamar a Dios "Padre". Y con ese término nos está mostrando a un Dios cercano. Es "Elyon", el altísimo, es "Adonai", Señor, amo, pero ahora, nos dice Jesús, es además "Abba", un termino cariñoso que usaban los niños arameos para dirigirse a su padre. Ahora es el Padre de todos aquellos que conocen a Jesús como su salvador. Y Él nos llama hijos y vela por nosotros. Podemos acercarnos a Dios con confianza. 

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;" (Juan 1:12)

1 de marzo de 2025

Juan 14:27

 


23 de febrero de 2025

¿Quien es Jesucristo?


"Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron." (Juan 20:28-29)

La existencia de Jesucristo rara vez es discutida hoy en día por los historiadores. El debate gira más bien en torno a su identidad: ¿Quién es Jesús?  

El primer paso para responder a esa pregunta sería escuchar lo que Jesús nos dice sobre sí mismo. Por ejemplo, si acudimos al evangelio de Juan podemos encontrar a Jesús afirmando: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Y vemos como al oír esto los judíos quisieron apedrearle "...  por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios" (Juan 10:33). También en otra ocasión Jesús les dijo: “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58). Y nuevamente los judíos reaccionaron tomando piedras para arrojárselas, porque con ese "Yo soy", Jesús tomaba el nombre que Dios le reveló a Moisés: “𝗬𝗼 𝘀𝗼𝘆 𝗲𝗹 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗼𝘆” (Éxodo 3:14). 

Para los judíos no había ninguna duda de que Jesús afirmó que Él era igual a Dios y nos dice la biblia que "Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios." (Juan 5:18). 

Pero ¿cuantos locos a lo largo de la historia han afirmado ser Dios? El problema para los fariseos era que Jesús no se limitaba a decirlo, sino que acompañaba sus palabras con hechos. A los enviados de Juan, el bautista, les dijo "haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio" (Lucas 7:22). Y todo ello lo había hecho delante del pueblo. Las gentes habían visto a Lazaro, que llevaba tres días muerto, salir de la tumba. Al paralítico de Betesda, tras años sin poder moverse, coger su lecho e irse caminando. Delante del pueblo había dicho a un paralítico "levántate y anda" y este se levantó y anduvo. 

Jesús afirmó con claridad que Él era Dios. Y acompañó esa afirmación con muestras claras de su poder. Por ello, si entendemos y creemos que Él es Dios, entonces sus palabras son necesariamente dignas de ser escuchadas. Más aún cuando aún hoy en día nos está diciendo "... he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." (Juan 10:10) "para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:15)

"Vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios… tenéis vida eterna." (1 Juan 5:13)

 



19 de febrero de 2025

Filipenses 4:6

 


16 de febrero de 2025

Elemental querido Watson


 “Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todas estas cosas? Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.” (Mateo 13:54-57)

Aunque es un personaje de ficción, Sherlock Holmes ha pasado al imaginario popular como el gran referente del empleo de la lógica como herramienta para la resolución de un problema. De joven me fascinaban sus novelas, cuentos cortos en realidad, y la forma en la que resolvía cada caso. Las pruebas estaban siempre a la vista pero nadie más las veía. En una de esas novelas leí una frase que aún hoy recuerdo “Cuando has eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca debe ser la verdad”. 

En tiempos de Jesús las gentes que veían los milagros que este hacía se preguntaban “¿No será este el Cristo?” (Juan 4:29). Incluso nos dice la palabra que muchas veces, al oírle hablar, “todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca…” (Lucas 4:22) pero con frecuencia, a pesar de haber visto con sus propios ojos lo que Jesús había hecho, las pruebas, desechaban esa posibilidad “¿De Galilea ha de venir el Cristo?” (Juan 7:41), o “¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos?” (Juan 6:42). 

Pero también hubo personas que ante lo que Jesús había hecho entendieron con claridad que solo podía venir de Dios. “Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si este no viniera de Dios, nada podría hacer.” (Juan 9: 31-33). Personas que entendieron que “lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios” (Lucas 18:27). 

Hoy en día Jesús te sigue haciendo esa pregunta. “¿Quien decís que soy?” (Mateo 16:15)

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Juan 5: 24)

2 de febrero de 2025

El temor


El temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía, no he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; No obstante, me vino turbación.” (Job 3:25-26)

Este es un pasaje que la primera vez que lo leí me sorprendió. Job, después de sufrir muchas desgracias realmente terribles comienza a maldecir el día que nació y a decir cuanto mejor habría sido no haber nacido. Llega incluso a plantear en el versículo 11 de este mismo capítulo cuanto mejor sería si hubiera muerto al nacer “Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso,”. Y supongo que es entendible que Job tenga esa clase de pensamientos. Lo ha perdido todo. Literalmente. Está devastado y su dolor tiene que ser inmenso. 

Pero en los dos últimos versículos de este capítulo 3 Job nos dice algo sorprendente. A pesar de todas las bendiciones que había recibido, vivió angustiado por miedo a perderlo todo. Es decir que, en lugar de disfrutar de todo lo que había tenido, nos cuenta que había vivido sin paz, que nunca tuvo reposo. Que cuando las cosas le había ido bien, y durante muchos años le fueron muy, muy bien, cuando recibió múltiples bendiciones de Dios … había vivido angustiado por el miedo a que todo aquello desapareciese. 

Muchas veces nos pasa lo mismo. Vivimos con miedo al futuro. Nos planteamos hipotéticas situaciones futuras que nos causan temor y angustia y nos perdemos la oportunidad de disfrutar de muchas bendiciones que Dios nos está dando ahora mismo. Vivimos sin paz, anticipando desgracias o problemas futuros olvidando una de las más maravillosas promesas de Dios: 

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7)

26 de enero de 2025

Lee Strobel - Un testimonio


"Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas." (Juan 12:46)

"Tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad, mírame, y ten misericordia de mí." (Salmo 86:15-16)

Lee Patrick Strobel es un periodista estadounidense. Ateo radical, tras la conversión de su esposa al cristianismo, comenzó a investigar las afirmaciones bíblicas sobre Jesucristo con el fin de demostrar su falsedad. Dos años después, impulsado por las evidencias de su investigación, se convirtió al cristianismo. Hoy en día es un convencido predicador del evangelio. 

En uno de sus libros más conocidos, "El caso del creador", Strobel declara:

«Sorprendido por el cambio positivo que había visto en mi esposa tras su conversión a Cristo, pasé dos años investigando la relevancia de la fe cristiana, aprovechando mi formación jurídica y mi experiencia como periodista. Si Jesús era un impostor, la fe cristiana no me interesaba. Pero como las pruebas a favor de la Biblia aumentaban, llegué a preguntarme: Si Dios existe realmente, ¿por qué no trato de conocerlo?

Un domingo por la tarde, a solas en mi habitación, terminé de contar las pruebas y los argumentos que había encontrado a favor y en contra de la fe cristiana, y llegué a un veredicto a favor de Cristo.

Misteriosamente, en el momento en que comprendí que Dios está vivo, sentí profundamente la suciedad de mi corazón. Mi vida había sido arruinada por la arrogancia, el alcohol, el libertinaje, el desprecio y mi egolatría.

Hubiera querido correr, huir de la luz de Dios, de esa terrible convicción de pecado. Pero este texto del evangelio, escuchado previamente, me detuvo: “Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Entonces oré: Oh, Dios, estoy agobiado por mis pecados. Límpiame, te lo ruego, cámbiame, guíame, úsame.

Dios respondió mi oración. Me perdonó y me abrió las puertas para servirle, llevándome por caminos que nunca hubiese imaginado».






19 de enero de 2025

Felicidad


"Vuelve ahora en amistad con Dios, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien." (Job 22:21)

El diccionario define la felicidad como un estado de completa satisfacción, así pues no es de extrañar que todos los seres humanos, de una u otra forma, la persigan. Hay quien cree que la encontrará en la riqueza y los bienes materiales, hay quien la busca en el éxito profesional, en la fama o, incluso, algunas personas tratan de alcanzarla probando con disciplinas como la meditación. Pero a pesar de nuestros esfuerzos la felicidad nos es esquiva.

Aún incluso el rey Salomón, famoso por su sabiduría, escribió el libro de Eclesiastés para describir su propia búsqueda de la felicidad. Lo intentó todo y sin embargo concluye que su búsqueda fue en vano. "... vanidad de vanidades, todo es vanidad" (Eclesiastés 1:2).

¿Que hacemos entonces? ¿Nos rendimos? ¿Renunciamos a ser felices? Ciertamente no, pero si buscamos que nuestra felicidad dependa de cosas humanas como dinero, éxito, popularidad ... entonces nos será siempre efímera. Pero la biblia nos señala otro camino. "Regocijaos en el Señor siempre..." (Filipenses 4:4), nos dice, y el que escribe esas palabras las escribe desde la cárcel. El apóstol Pablo, preso en Roma por predicar la cruz de Cristo. 

Y es desde esa prisión desde donde nos dice también "He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (Filipenses 4:11-13). El apóstol nos muestra que su ánimo no depende de sus circunstancias. Que aún en prisión descansa en ese Cristo que hoy nos sigue llamando. "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." (Mateo 11:28-30).

Solamente conociendo a Dios de una forma personal, podemos disfrutar de ese gozo. De ese descanso que Cristo nos ofrece.

Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación.” (Habacuc 3:17-18)


15 de enero de 2025

La banalidad del mal


En una conferencia, la filósofa e historiadora estadounidense Hannah Arendt, explicaba la banalidad del mal con un ejemplo imaginario: Vaciar en el suelo un vaso de agua sin cuestionarlo, sería solo un acto insignificante, pero si todos los allí reunidos hacían lo mismo, el suelo se inundaría. "Lo banal es eso", concluyó, "una acción pequeña que multiplicada y aceptada sin reflexión, crea un daño enorme". "El mal, no siempre viene de grandes actos, sino de la indiferencia colectiva". 

(Fuente: Visto en las redes)

12 de enero de 2025

ADN delator


"... y sabed que vuestro pecado os alcanzará." (Números 32:23)

"Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad… y tú perdonaste la maldad de mi pecado." (Salmo 32:5)

Con cierta frecuencia vemos en los medios de comunicación noticias acerca de asesinatos que han sido resueltos décadas después gracias al ADN. Asesinos que vivían tranquílamente convencidos de que su crimen habría de quedar impune eternamente se encontraban de repente ante un juez que tenía sobre la mesa las pruebas que los condenaban. Por desgracia, en no pocas ocasiones estas pruebas llegaban demasiado tarde y para cuando se podía, por fin, demostrar la culpabilidad del asesino este ya había fallecido dejando ese crimen sin castigo. No pocos criminales han logrado eludir la justicia de los hombres por ese motivo.

Sin embargo, nadie escapará a la justicia divina. Dice el salmo 139 "Oh, Señor, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos." (Salmo 139:1-3) Podemos ocultar nuestro pecado a los hombres, pero no a Dios. Podemos engañar a nuestros amigos, a nuestros vecinos y familiares, pero no a Dios. No a un Dios que nos conoce hasta en lo más profundo de nuestro corazón. Un Dios que aborrece el mal "Abominación son al Señor los perversos de corazón; ... Tarde o temprano el malo será castigado;" (Proverbios 11:20-21).

La biblia nos habla también de un juicio. Un juicio que nadie podrá eludir y ante un juez al que no se le podrán ocultar pruebas, ni mentir. "12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego." (Apocalipsis 20:12-15)

Hoy es el día. Hoy puedes inscribir tu nombre en ese libro de la vida, aceptando el perdón De Dios por tus pecados. 

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:9)

5 de enero de 2025

Unos hombres sabios


1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. ........... 9 Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 12 Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.” (Mateo 2:1-12)

Poco podemos contar que no se haya dicho ya sobre aquellos hombres que emprendieron un largo viaje para buscar al rey de los judíos porque habían reconocido las señales en el cielo que anunciaban su nacimiento. Señalar tan solo, aunque seguro que esto ya lo sabes, que en algunas versiones de la biblia se emplea el término "hombres sabios", ciertamente más acertado con el sentido original de la palabra "magos". 

En cualquier caso, esta es la última fiesta de la Navidad y llegamos a ella cansados. Cansados de tanta comida, tanta reunión, tantas compras en tiendas repletas de gente... Pero aún así, y sobre todo si hay niños pequeños, es un día que tiene algo especial. Las cabalgatas y, sobre todo, abrir los regalos por la mañana y ver las caras de los más pequeños... bueno, digamos que eso no tiene precio. 

Pero lamentablemente aunque el relato bíblico es bien conocido, aún incluso entre los no creyentes, toda la fiesta que rodea este día ha terminado eclipsando el texto bíblico. Nos hemos quedado con un relato en el que los reyes magos parten de oriente para repartir regalos entre los niños que se han portado bien durante este año (obviando la palmaria injusticia que resulta del hecho de que en realidad la calidad y cantidad de esos regalos esté sometida a la capacidad adquisitiva de los padres y no al comportamiento de los infantes). Nos hemos quedado con la fiesta y hemos olvidado lo que realmente importa. 

Hemos olvidado la razón por la que aquellos hombres sabios emprendieron un viaje tan largo. Hemos olvidado que cuando por fin encontraron al rey de los judíos "se regocijaron con muy grande gozo" (V.10). Y que no solo se regocijaron sino que "postrándose, lo adoraron" (V.11).

Al igual que anteriormente los pastores, estos hombres sabios nos mostraron el auténtico sentido de la Navidad. El que realmente tendría que ser el punto central de las fiestas. Un tiempo de adoración a ese Jesús que vino a este mundo para darnos la vida. Alegremonos porque "...ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor." (Lucas 2:11)

"... yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." (Juan 10:10)




1 de enero de 2025

Texto lema para el año 2025