19 de enero de 2025

Felicidad


"Vuelve ahora en amistad con Dios, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien." (Job 22:21)

El diccionario define la felicidad como un estado de completa satisfacción, así pues no es de extrañar que todos los seres humanos, de una u otra forma, la persigan. Hay quien cree que la encontrará en la riqueza y los bienes materiales, hay quien la busca en el éxito profesional, en la fama o, incluso, algunas personas tratan de alcanzarla probando con disciplinas como la meditación. Pero a pesar de nuestros esfuerzos la felicidad nos es esquiva.

Aún incluso el rey Salomón, famoso por su sabiduría, escribió el libro de Eclesiastés para describir su propia búsqueda de la felicidad. Lo intentó todo y sin embargo concluye que su búsqueda fue en vano. "... vanidad de vanidades, todo es vanidad" (Eclesiastés 1:2).

¿Que hacemos entonces? ¿Nos rendimos? ¿Renunciamos a ser felices? Ciertamente no, pero si buscamos que nuestra felicidad dependa de cosas humanas como dinero, éxito, popularidad ... entonces nos será siempre efímera. Pero la biblia nos señala otro camino. "Regocijaos en el Señor siempre..." (Filipenses 4:4), nos dice, y el que escribe esas palabras las escribe desde la cárcel. El apóstol Pablo, preso en Roma por predicar la cruz de Cristo. 

Y es desde esa prisión desde donde nos dice también "He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (Filipenses 4:11-13). El apóstol nos muestra que su ánimo no depende de sus circunstancias. Que aún en prisión descansa en ese Cristo que hoy nos sigue llamando. "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." (Mateo 11:28-30).

Solamente conociendo a Dios de una forma personal, podemos disfrutar de ese gozo. De ese descanso que Cristo nos ofrece.

Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación.” (Habacuc 3:17-18)


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