29 de diciembre de 2024

Este año tampoco

 


A dos días de que el 2025 termine es un buen momento para hacer balance de todos aquellos buenos propósitos que hicimos a principio de año. En general nos planteamos objetivos que eran inequívocamente positivos para nosotros. Nos prometimos comenzar a hacer cosas que sabíamos beneficiosas para nuestra salud o para nuestra vida. O satisfacer, este año sí, ese capricho que llevamos postergando una y otra vez. Promesas que hemos repetido tantas veces y que tantas veces han quedado en el olvido. Y que también para este próximo año repetiremos con fingida determinación, sabiendo que estaremos demasiado ocupados o cansados para cumplirlas. Promesas que, al fin y al cabo, no son más que la vacua expresión de un deseo cuyo precio no tenemos voluntad de pagar. 

Y podríamos poner como excusa esta vida moderna tan llena de obligaciones como de distracciones. Porque ciertamente el trabajo y la familia son terriblemente absorbentes. O, si eres joven, los estudios. Tantos trabajos para presentar, tantos exámenes que preparar. Terminamos el día cansados. Muy cansados. Y, claro está, lo último que nos apetece es ir al gimnasio o ponernos a estudiar un idioma, o cualquiera que sea la promesa que vamos, año tras año, dejando pendiente. Lo único que nos apetece es sentarnos frente al televisor o estar con el móvil, o ambas cosas a la vez. Y así, poquito a poquito, año tras año, vamos postergando todo esas promesas que sabemos podrían cambiar nuestra vida a mejor. Somos así.  

Pero ciertamente la biblia nos presenta a Dios en contraposición al ser humano diciendo: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?(Números 23:19). La biblia nos habla de un Dios que ha demostrado a lo largo de la historia de la humanidad que cumple invariablemente sus promesas. Un Dios todopoderoso que no está limitado por las circunstancias o por sus fuerzas y que además nos dice "Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza." (Jeremías 29:11). 

Esperanza. En este mundo que está tan perdido ¿Quien más te puede ofrecer esperanza? Y sabiendo esto, entonces ¿Como no buscar a Dios? 

Es por eso que nuestro deseo para ti, para este próximo año, no puede ser otro que: "Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará." (Salmo 37:5)





 






25 de diciembre de 2024

Hoy es Navidad

 


En esta Navidad, desde la Iglesia Evangélica Protestante de Estella, queremos desearte que puedas experimentar la luz de la esperanza que se profetizó hace tanto tiempo, aquella luz que vino a cambiar al mundo. Te deseamos de todo corazón que puedas experimentar esa paz que transforma y da vida.

!Que tengas una Navidad llena de bendiciones y buenos momentos de reflexión¡

22 de diciembre de 2024

El mensaje a los pastores


 “8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (Lucas 2:8-11)

Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.” (Lucas 2:15)

Todas las grandes historias son básicamente la crónica de un viaje. Desde la Odisea de Homero a El señor de los anillos, pasando por Alicia o La isla del tesoro. Y, además, generalmente ese viaje está protagonizado por una persona sencilla, sin vocación de héroe. Alguien que aún sin las cualidades necesarias está dispuesto a enfrentar los peligros que ese viaje conlleva. Entendemos la idea del viaje como una suerte de catarsis. El paso de la oscuridad a la luz. Una experiencia transformadora. 

En la biblia podemos encontrar la historia de los pastores. De como durante la noche un ángel se les presentó para anunciarles que les había "nacido un salvador" y de como tras escuchar ese mensaje deciden emprender un viaje en medio de la noche para ver “… esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado”. Dan valor a la palabra del ángel y buscan comprobar por si mismos esas “nuevas de gran gozo” de las que les han hablado. Un viaje que, nos dice el texto, transformará su vida ya que tras ver con sus propios ojos lo que los ángeles les habían anunciado ”volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.” (Lucas 2:20). 

Ellos, sin saberlo, fueron las primeras personas de este mundo que celebraron la Navidad. Porque celebrar la Navidad es precisamente eso, glorificar y alabar a Dios por ese Jesús nacido en un humilde pesebre. Nacido para darnos la salvación. Para darnos vida y dárnosla en abundancia. 

9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:9-11)


15 de diciembre de 2024

El rey de los judios


"Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:" (Mateo 2:1-5)

Imagínate la escena. Hace más de 2000 años entran en Jerusalén unos hombres extraños, a todas luces extranjeros, preguntando "¿Donde está el rey de los judíos, que ha nacido?". Por supuesto la pregunta no tarda en llegar a oídos del rey Herodes quien, al oírla, nos dice la biblia que se turbó. Y toda Jerusalén con él. 

Esa pregunta, y sobre todo lo que implicaba, causó un gran revuelo en la ciudad. Herodes convocó a todos aquellos que podían dar respuesta a esos hombres y, efectivamente, aquellos sacerdotes y escribas les confirmaron que ese rey había de nacer en Belén. Así lo había escrito el profeta Miqueas 8 siglos antes. 

¿Que pasó después? ¿Los ciudadanos de Jerusalén acudieron en tromba a ver a ese rey anunciado? ¿Los sacerdotes y escribas, que habían dado la respuesta a esa pregunta, lo dejaron todo y acompañaron a esos hombres en su viaje? No, la ciudad tardó bien poco en recuperar la normalidad. Aquella turbación de la que nos habla Mateo quedó diluida entre los quehaceres del día a día y rápidamente quedo relegada a mera anécdota. 

¿Como podría sorprendernos esa aparente desidia ante una noticia tan importante cuando hoy en día hacemos lo mismo? La vida fluye invariable año a año. Invierno, primavera, verano y otoño se suceden. Hay días buenos y hay días malos. Lidiamos con viejos problemas mientras aparecen otros nuevos y de pronto, casi sin darnos cuenta, llegó la navidad. Otra vez. Poner el árbol, el belén, comprar regalos, preparar comidas... Es una fiesta importante. Las familias y los amigos se reúnen. Hay otro ambiente, es cierto, pero ¿Realmente celebramos el nacimiento de Jesús? ¿No hemos  diluido el verdadero significado de lo que celebramos en estos días entre un montón de cargas y responsabilidades?

Y sin embargo, aún hoy en día, la Navidad sigue siendo la celebración de un regalo. Un regalo que Dios nos ha dado. Ni más ni menos que Jesucristo, su hijo amado. Un regalo que está al alcance de todo el mundo. Vida eterna.   

Del mismo modo que nosotros hacemos regalos a aquellas personas que amamos, al enviar a su hijo a este mundo Dios nos dio la mayor prueba de su amor por nosotros. 

En esta Navidad no rechaces el regalo de Dios, ese Jesús, el rey de los judíos al que buscaban aquellos hombres, puede ser tu salvador. Él puede transformar tu vida. Celébralo. 

"En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados." (1 Juan 4:9-10)

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)

8 de diciembre de 2024

Confiados


En el día que temo, yo en ti confío.” (Salmo 56:3)

En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” (Salmo 4: 8)

“¡Que buen vasallo, si tuviese buen señor!”. El famoso verso del Cantar del Mío Cid expresa con esas palabras la lealtad que Rodrigo Díaz de Vivar, a pesar de haber sido calumniado y desterrado, le profería al Rey Alfonso VI. Sin haber hecho nada para merecerlo, el Cid partió al destierro y, aún lejos de su hogar, continuó luchando por la corona de Castilla. 

A lo largo de la historia pocas veces el mundo ha tenido al frente a lideres dignos de confianza y, desde luego, nuestros días no son una excepción. Diríase más bien que la humanidad se está empecinando en poner al frente a las personas más ineptas e inadecuadas para gobernar. Personas que están arrastrando al mundo al caos. Incapaces de resolver los problemas que realmente preocupan a la gente. Antes al contrario, pareciera que más bien generan nuevos problemas y conflictos por todas partes. 

Sin embargo esto no es nuevo. Ya desde los tiempos del profeta Samuel, cuando el pueblo le pide que les nombre un rey (1 Samuel 8), podemos ver cuan pocos monarcas hubo a los que realmente pudiéramos considerar buenos dirigentes. La mayoría apartaron el consejo de Dios y se dejaron llevar por sus deseos arrastrando con ellos al pueblo. Y, lamentablemente, así ha sido a lo largo de los siglos sin que nuestros días puedan ser considerados una excepción. 

Pudiera parecer que no hay solución, que estamos condenados a formar parte una multitud perdida y sin esperanza, que no tiene quien les dirija, pero no es verdad. Aún hoy en día Dios nos invita a confiar en Él y en su palabra. Porque "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte." (Proverbios 14:12). Y podemos elegir. Seguir a los hombres, ciegos guiando a ciegos, o seguir a un Dios que aún en los momentos más difíciles promete estar con nosotros, ayudándonos más allá de lo que podemos entender. "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." (Isaías 41:10)

 “Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande Porque a ti he elevado mi alma.” (Salmo 143:8)



1 de diciembre de 2024

Mecánica divina


En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1)

¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?” (Isaías 4:12-14)

Gribbin y Rees, ambos doctores en astrofísica, escribieron en su libro “Coincidencias cósmicas” que “las condiciones en nuestro Universo realmente parecen ser especialmente adecuadas para las formas de vida como nosotros, y quizás incluso para cualquier forma de complejidad orgánica. Pero la pregunta sigue siendo: ¿está el Universo hecho a medida para el hombre?”. Hablaban de la proposición del ajuste fino. Una premisa que afirma que un pequeñísimo cambio en varias de las constantes físicas, habría provocado un universo completamente diferente e incompatible con la vida. 

Incluso el famoso físico y divulgador Stephen Hawkin señaló en su famoso libro "Breve historia del tiempo" que “Las leyes de la ciencia, tal como las conocemos en la actualidad, contienen muchos números fundamentales, como el tamaño de la carga eléctrica del electrón y la proporción de las masas del protón y del electrón... El hecho notable es que los valores de estos números parecen haber sido ajustados muy finamente para hacer posible el desarrollo de la vida”.

Y sin embargo, aún así, aún contemplando el perfecto equilibro que sustenta el universo, el hombre es incapaz de ver en ello la mano de Dios y admirar la obra de la creación. Prefiere apartarle, callarle, y pensar que todo no es más que fruto de una concatenación de casualidades. Que somos hijos del azar. 

Pero a mi aún me maravilla contemplar la obra de sus manos. Y no puedo evitar hacer mías las palabras del salmista “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:3-4)