27 de octubre de 2024

Sobre el pecado


"Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5:8)

"Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras." (1 Corintios 15:3)

Hoy en día está mal visto hablar del pecado. Para muchas personas "pecado" es tan solo una palabra inventada por la religión para asustar a la gente. Pero si rechazamos la idea del pecado, estamos entonces rechazando  también la biblia, el libro en el que Dios se revela como nuestro creador. Un creador que nos conoce perfectamente, sabe exactamente como somos y de lo que somos capaces. Un Dios soberano, perfectamente santo y que no tolera el mal. Un Dios al que todos tendremos que rendirle cuentas y que nos  juzgará según sus criterios y no los nuestros. Y por la biblia, además, sabemos que "... todos pecaron, y están destituidos de la gloria De Dios" (Romanos 3:23)

Pero cuando hablamos del pecado no es para asustar, sino para mostrar la solución que Dios nos ha dado para ese problema. Dios ama a todos los seres humanos, aún a pesar de sus defectos, y por ello ha dado a su hijo Jesucristo, quien vino a morir para borrar los pecados de todos aquellos que lo aceptan como su Salvador. Él sufrió las burlas y el desprecio de los hombres, pero proclamó a todos los que lo escuchan “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

Sí, por desgracia el pecado existe y está en cada ser humano. Pero Jesús murió en la cruz para salvar a todo el que cree en él.



20 de octubre de 2024

Cuando venga

Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:10-11).

El libro de apocalipsis está tan lleno de lenguaje simbólico que interpretarlo correctamente es muy complicado. Por ello grandes exégetas han expresado diferentes interpretaciones del mismo sin que haya un consenso claro e inequívoco sobre el mensaje principal de este libro. A pesar de ello, aun incluso con una lectura superficial del mismo, podemos entender con claridad algunas de las verdades que contiene. 

Por ello en esta mañana me gustaría centrarme simplemente en dos versículos del capítulo final. El primero es Apocalipsis 22:12, que dice “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” El que pronuncia estas palabras es Jesús y aquí habla con claridad. No hay números ni figuras alegóricas que interpretar. Simplemente afirma que Él va a volver y que dará a cada uno lo que merece. Y si el mundo entendiese esto, que un día un Jesús todopoderoso regresará para juzgar a la humanidad, tendría miedo. 

Pero frente a esta imagen de juicio y castigo, Juan termina Apocalipsis exclamando en el versículo 20 “… Amén; sí, ven, Señor Jesús.”. Con ese Amén, Juan expresa su deseo de que esa segunda venida del Señor Jesús se cumpla ¿Acaso no tiene miedo? ¿Tan seguro está de que su nombre está inscrito en el libro de la vida (Apocalipsis 20:15)?

Los que, como Juan, tenemos la certeza de que Jesús pagó el precio de nuestro pecado en la cruz podemos hacer nuestras sus palabras y decir ese Amén. Ese ven pronto Señor. Y mientras esperamos su venida dar gracias por la salvación tan grande que Él nos ha dado. 

Si por el contrario aún no tienes esa seguridad, entonces estás a tiempo. A tiempo de buscarle a Él. De entender que “… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)


13 de octubre de 2024

Cien

"Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones." (Salmo 100)

Esta es la entrada número cien de este blog. Y sí, sabemos que cien es solo un número, pero nos sirve como excusa para recordar el salmo cien.

Un salmo breve pero contundente. Un salmo que nos invita a alabar a nuestro dios con alegría. A reconocer en Él a nuestro creador. A bendecir su nombre y reconocer que nuestro Dios es un dios misericordioso. 

Pero hoy sobre todo nos gustaría alabar a nuestro Dios porque Él es un Dios de salvación y recordar que "... de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16).


6 de octubre de 2024

El perdón


"El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados." (Mateo 9:6)

"Todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre." (Hechos 10:43)

Santiago II, rey de Inglaterra en el siglo XVII,  fue un monarca autoritario. Destronado, tuvo que huir a Francia y murió en el castillo de Saint-Germain-en-Laye en 1701. De él se cuenta que una vez le dijo a un oficial que se había rebelado contra él:

–Señor Aylasse, usted sabe que está en mi poder perdonarle.

–Sí, dijo el oficial. Sé que está en su poder, pero también sé que no está en su carácter.

El oficial tenía razón; perdonar no es algo natural para el ser humano. No lo era para el rey, ni tampoco lo es para nosotros. Pero sin embargo, Dios sí perdona. La biblia afirma “Tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia…” (Nehemías 9:17). Y también nos dice que Dios es “amplio en perdonar” (Isaías 55:7).

Pero la biblia también afirma que para ser perdonado por Dios es necesario arrepentirse del pecado. No hay nadie que merezca el perdón de Dios, es algo que se nos concede como una gracia por medio del sacrificio de Jesús en la cruz. Por eso, "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

La biblia afirma que si reconozco que soy un pecador, la fe en Jesús y en su sacrificio me salva completamente. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Dios nos está llamando y solo es necesario dar un pequeño paso hacia él, el paso de la fe, creer en Él ¿Que impide hacerlo ahora mismo?