19 de mayo de 2024

A través de los ojos

"Alégrate, joven… anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios." (Eclesiastés 11:9)

"… Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos." (Efesios 1:18)

A TRAVÉS DE LOS OJOS

Según un análisis llevado a cabo por Neuromedia “recibimos un impacto publicitario cada 10 segundos, lo que equivale a 6.000 impactos diarios”. Pero en realidad no necesitamos ningún estudio para darnos cuenta de que la publicidad lo invade todo. Las calles, las tiendas, la televisión, el movil, ... todo lo que nos rodea nos "anima" a consumir mucho más allá de lo que racionalmente podemos necesitar. 

Pero en medio de esta vorágine consumista la Biblia nos avisa con claridad "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo." (1 Juan 2:16).

El libro de Génesis nos cuenta como Lot , el sobrino de Abraham, "alzó sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán". Y, poco a poco, fue plantando sus tiendas hasta que termino viviendo en la ciudad de Sodoma de cuyos habitantes se nos dice que "eran malos y cometían horribles pecados contra Jehová" (Génesis 13). Poco a poco se fue alejando del camino de la fe en pos de la prosperidad que sus ojos veían. 

Pero en la Biblia también tenemos el ejemplo de Moisés, de quien se nos dice que "Tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (Hebreos 11:26-27). 

No nos dejemos arrastrar por todo lo que el mundo pone ante nuestros ojos, antes caminemos "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" (Hebreos 12:2).





12 de mayo de 2024

No puedo creer

"¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!" (Lucas 13:34)

"No queréis venir a mí para que tengáis vida." (Juan 5:40)

Muchas personas, al hablarles de Dios, responden que no pueden creer porque no tienen fe. Pero en los versículos anteriores Jesús afirma que es un rechazo deliberado. 

Y es que mucho antes de que Jesús viniera a la tierra, Dios había enviado profetas a su pueblo desobediente buscando que se volviesen a Él. Pero a pesar de todo nos dice que "... no oyeron mis palabras, que les envié por mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar; y no habéis escuchado, dice Jehová" (Jeremías 29: 19). Incluso la capital, Jerusalén, fue con frecuencia el escenario de agresiones físicas contra los mensajeros De Dios. 

Durante su vida en la tierra Jesús hizo todo lo posible para reunir a su pueblo "debajo de sus alas", pero en todas las ocasiones la respuesta es la misma "no quisiste". 

En el versículo de Juan 5:40 que citamos al principio, Jesús va más allá y nos muestra a dónde conduce esa voluntad opuesta en el corazón del hombre. “No queréis venir a mí para que tengáis vida”. Porque eso es lo que está en juego: la vida eterna. Como lo hizo en el pasado por boca de Moisés, Dios nos pone ante una elección: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas” (Deuteronomio 30:19).

¿Y tu? ¿Qué eliges?







5 de mayo de 2024

Cuando el emir se entere ...

"Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado." (Salmo 32: 1-5)

Un hombre llamado Karim trabajaba para un poderoso emir. Este poseía un gran parque repleto de aves exóticas entre las que destacaba por su belleza un pato de una especie extremadamente rara que era el animal favorito del emir. 

Un día Karim vio algo saliendo de un matorral y, sin pensarlo, disparó su honda. Cuando se dio cuenta de que había matado al pato del emir se asustó y, pensando que nadie le había visto, enterró el ave. Por supuesto enseguida se supo que el pato había desaparecido y todo el palacio comenzó a buscar al animal por todas partes, pero todo fue en vano. A pesar de todos los esfuerzos nadie lo encontró. El emir estaba terriblemente enfadado. 

Unos días después el cocinero del palacio le pidió a Karim que fuese a buscar agua de lo fuente, a lo que este se negó. Entonces el cocinero le susurró al oido "Cuando el emir se entere de quien mató al pato ...". Asustado, Karim no tuvo otro remedio que obedecerle e ir hasta la fuente a por agua. Por supuesto el cocinero aprovechó la situación para exigirle todo tipo de servicios, mientras repetía su amenaza "Cuando el emir se entere ..." y Karim no tenía más remedio que obedecer. 

Todo siguió más o menos igual hasta que un día Karim no pudo aguantar más. Asustado fue y se postró a los pies del emir, confesó lo ocurrido y, para su sorpresa, el emir le perdonó. Karim no cabía en si de gozo.  Liberado de su angustia, salió del palacio del emir y se encontró con el cocinero, quien le pidió que fuera a buscar agua. Karim se negó y, cuando el cocinero repitió la misma amenaza de siempre, Karim le respondió sonriente "Lo sabe !y me ha perdonado¡". 


"De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado... Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres." (Juan 8: 34-36)

Al igual que Karim, el ser humano está atrapado y condenado por su pecado. Pero podemos ir confiadamente al Señor, sabiendo que Él no nos rechazará. Antes al contrario, está dispuesto a perdonar todas nuestras faltas y darnos vida eterna. 

"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6: 23)

"... al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios." (Salmo 51: 17)