31 de marzo de 2024

Eternity




"Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados." (Isaías 57:15)

"Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación." (Jeremías 10:10)

Durante un periodo aproximado de unos 35 años, desde 1932 hasta 1967, la ciudad de Sídney, Australia, se llenó de grafitis escritos con tiza con la palabra "Eternity" (eternidad). No se sabía quien era el autor hasta que una mañana de 1956 un creyente sorprendió a Arthur Stace, otro creyente al que conocía bien, escribiendo la palabra en la acera y un periódico desveló quien era el misterioso autor. 

Stace, un ex-soldado analfabeto, criminal y alcohólico que había tenido una vida miserable, había escuchado a un predicador preguntar "¿Donde pasarás la eternidad?". Esa simple pregunta le llevó a los pies de Cristo y desde su conversión hasta su muerte se dedicó todas las noches a escribir por todo Sídney la palabra Eternity en paredes y aceras con su inconfundible caligrafía buscando llevar a los transeúntes a reflexionar sobre el carácter efímero de la vida y su destino final. Se estima que Stace escribió la palabra más de medio millón de veces. 

Tras la muerte de Stace el grafiti Eternity siguió siendo noticia. Martin Sharp, ilustrador y cineasta australiano, lo ha usado en muchas de sus obras. Para celebrar el día de Año Nuevo del año 2000, el grafity se iluminó sobre el puente de la bahía de Sídney y ese mismo año se usó en la apertura de los Juegos Olímpicos de la ciudad. Grupos cristianos australianos han continuado escribiendo "Eternity", al estilo de Stace, en calles y paredes. 

Que se sepa, solo quedan dos inscripciones originales del grafiti Eternity. Uno de ellos está escrito sobre un trozo de cartón que Stace le dio a un compañero cristiano y se conserva en el Museo Nacional de Australia de Camberra. El otro es la única inscripción que está in situ, y se encuentra dentro de la campana de la torre del reloj de la Oficina General de Correos de Sídney.

En el año 2001, el Ayuntamiento de Sídney registró oficialmente el grafiti para protegerlo de un posible uso comercial indiscriminado.

En cualquier caso la pregunta que tanto conmovió a Stace sigue teniendo hoy en día la misma importancia. 

¿Dónde pasarás la eternidad?

"... Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente..." (Juan 11: 25-26)



17 de marzo de 2024

¿Qué es el hombre?


Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8: 3-4)

El ser humano es fascinante y ha logrado cosas realmente increíbles. No solo ha llegado a la luna sino que además ha sido capaz de poner en orbita una estructura tan grande como un campo de futbol, la Estación Espacial Internacional (ISS). Ha escudriñado hasta lo más profundo del universo. Ha sido capaz de curar enfermedades que hasta hace bien poco eran incurables. Ha llegado hasta lo más alto de la tierra y ha descendido a lo más profundo. 

Diríase que, como especie, podríamos estar orgullosos de nuestros logros, pero lo cierto es que si miramos a nuestro alrededor vemos que en realidad no tenemos motivos para ello. Siguen las guerras, sigue el hambre, sigue la desigualdad … El hombre, que tantos logros acumula, ha sido incapaz de cambiar su corazón. 

Dice Romanos 1: 21-22 “habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios,”.

¿De que nos sirve, como humanidad, llegar a entender el universo? ¿Para hacernos semejantes a Dios? Antes al contrario, ver toda la grandeza de la creación, debería hacernos ver lo poca cosa que somos. Debería hablarnos de un Dios todopoderoso y llevarnos a buscarle para alabarle y adorarle. 

Y más aún cuando sabemos que Dios es el único que puede limpiar nuestros corazones. “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” (Ezequiel 36: 25-27)

No como humanidad, sino como individuos, cada uno de nosotros podemos (debemos) dar gracias por que hemos tenido el privilegio de llegar a conocer a Dios. 

Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jeremías 9:24)


11 de marzo de 2024

Versículo lema para este año 2024


 

10 de marzo de 2024

Sobre el arrepentimiento

"Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados" (Hechos 3:19)

Arrepentirse es el punto de partida para una relación con Dios. De echo, esa fue la esencia de la predicación de Juan el Bautista "Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados." (Marcos 1:4), de Jesús mismo "diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio." (Marcos 1: 15), y luego de los apóstoles "y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén." (Lucas 24: 47).

Pero, ¿Qué es el arrepentimiento? Es cambiar la forma de pensar con respecto a uno mismo y a Dios. Por un lado, darse cuenta de que se es un pecador, y por el otro, que Dios no quiere condenarte, sino perdonarte y darte la vida eterna. El arrepentimiento es una obra que Dios hace en el alma. 

Y es ese arrepentimiento el que conduce a la conversión. No es un simple cambio superficial en nuestra manera de comportarnos. Es un cambio sincero del corazón, para acercarse a Dios. Es el apóstol Pedro el que hace este llamado: “Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados” (Hechos 3:19).

Pero ... ¿Quién se tiene que arrepentir? La biblia es clara, ¡todo ser humano! “Dios… manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). 

Arrepentíos… Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:2, 8). Si mi arrepentimiento es sincero, entonces mis prioridades serán diferentes Buscaré agradar a Dios y no a mí mismo.

Jesús dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32).