25 de diciembre de 2023

Navidad

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Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.” (Lucas 10:38-42)

Estrés. Esa es la palabra que mejor describe la Navidad. No tenemos más que mirar a nuestro alrededor para ver como que estas fiestas nos sumergen en actividades que, si bien son en apariencia agradables, en realidad son una carga incómoda que nos genera tensión y agobio. Si normalmente la idea de una comida familiar es algo deseable, en estos días se transforma en un ajetreo interminable. Pensar el menú, cocinarlo, preparar la mesa …. Todo tiene que estar perfecto. Y además está el tema de los regalos. Pensar en algo que le pueda gustar a cada miembro de la familia y salir a buscarlo por tiendas y centros comerciales repletos de gente. Por ello no nos sorprende que según un estudio de Nascia, una compañía especializada en el estudio del estrés y la ansiedad, un 65 por ciento de las personas confirman experimentar ambos sentimientos en estos días. 

Pero al igual que en el caso de Marta con la visita de Jesús el problema es que nos hemos acostumbrado como sociedad a poner el foco de nuestra atención donde no es. En lugar de disfrutar de las personas, nos centramos en lo superfluo. Le damos la importancia a las comidas y los regalos y nos olvidamos de celebrar la Navidad. Olvidamos que en estos días recordamos que Dios envió a su hijo unigénito para que aquellos que en Él creyéramos tuviésemos vida eterna. 

Como cristianos estamos llamados a no perder el foco en estos días. A recordar, y sobre todo celebrar, que aún siendo pecadores Dios en su infinita misericordia nos dio la oportunidad de ser hechos hijos suyos. De que nuestros pecados fuesen borrados. 



Muy feliz Navidad a todos. 

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6)

24 de diciembre de 2023

The first Noel



¿Qué significa navidad para mí?

Murillo - Adoración de los pastores

"Repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lucas 2:13-14)

¿Qué significa navidad para mí?
Muchos cristianos leen en este día el capítulo dos del evangelio de Lucas donde el apóstol narra el nacimiento de Cristo. Es una bonita forma de recordar lo que celebramos en esta fecha. 

En ese texto vemos como unos pastores, ocupados en vigilar sus rebaños durante la noche, fueron súbitamente rodeados por "la gloria del Señor" (v.9) y un ángel les anunció un "tema de gran gozo" (v.10) el nacimiento de "un Salvador, que es Cristo el Señor" (v.11). Difícilmente podremos imaginar la escena. Unos pastores iluminados en medio de la noche por una luz sobrenatural y una multitud de huestes celestiales cantando gloria a Dios. 

Y habrían podido contentarse con felicitarse por la buena nueva y celebrarlo allí, junto a sus rebaños, pero no lo hicieron. Para esos pastores lo más importante era ir a ver al niño Jesús acostado en un pesebre.“Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado” (v. 15). Habían entendido que el regalo que Dios les hacía no era ese momento tan excepcional que acababan de vivir, sino el niño recién nacido. El Hijo de Dios, se había hecho hombre para salvar al mundo.

En estos días, al celebrar la Navidad, no nos quedemos solo con la celebración. Dios quiere darnos un regalo mucho más grande que todo eso. El regalo de la vida eterna. "Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Ël cree, no se pierda más tenga vida eterna." (Juan 3:16)

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6)

17 de diciembre de 2023

Un gigante con pies de barro

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"(Jesús dijo:) El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán." (Mateo 24:35)

"La tierra y las obras que en ella hay serán quemadas." (2 Pedro 3:10)

𝐔𝐍 𝐆𝐈𝐆𝐀𝐍𝐓𝐄 𝐂𝐎𝐍 𝐏𝐈𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐁𝐀𝐑𝐑𝐎

Cuando decimos de algo o de alguien que es "un gigante con pies de barro" queremos decir que aunque aparentemente es muy fuerte, en realidad es muy frágil. 

Esa imagen procede de la biblia. En el capítulo 2 del libro de Daniel el rey del imperio caldeo, Nabucodonosor, tuvo un extraño sueño. En el vio una gran estatua hecha de cuatro partes muy diferentes. Daniel, el profeta exiliado en Babilonia, le explico al rey el significado de ese sueño. Ese gigante con pies de barro representaba cuatro imperios sucesivos que se derrumbarían por la fragilidad de su base. El tiempo dio la razón a la explicación del profeta. 

También podemos hablar de gigante con pies de barro cuando miramos la fragilidad de todo lo que los hombres organizan en la tierra ¿Hay algo sólido y digno de confianza en nuestro mundo en pleno siglo XXI? Un filósofo dijo: "Lo único realmente seguro en el futuro es que todos moriremos". La Biblia lo confirma cuando dice que “todos pecaron” (Romanos 6:23), y “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:15).

Pero Dios en su palabra no se limita a anunciarnos el fin sino que también nos dice que el nos ama y quiere salvarnos. Frente a esa paga del pecado que es la muerte añade "mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Él es la base solida e inamovible, que salva de la muerte y da vida eterna a todos los que creen en él. Una base que nunca se derrumbará, pues no es sino Jesús mismo.

Los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia… dijo el Señor, el que tiene misericordia de ti” (Isaías 54:10).

10 de diciembre de 2023

Los tiempos están cambiando

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Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gálatas 5:16-23)

En el año 1963 Bob Dylan publicó una canción que llevaba por título “Los tiempos están cambiando” (The times they are a-changin’). Es una de mis canciones favoritas de Dylan y en ella habla de como la sociedad que le toco vivir estaba cambiando con respecto a la de la generación anterior. Habla de como ese cambio es inevitable, no lo van a poder parar, y de como los mayores tenían que adaptarse a esa nueva sociedad porque ese cambio era irreversible y las cosas jamás volverían a ser como antes. 

Echando la vista atrás es evidente que Dylan tenía razón. Aquellos fueron tiempos convulsos de muchos cambios, sobre todo morales, pero lo cierto es que no era una novedad. La sociedad ha cambiado muchas veces antes y después de Dylan y, desde luego, está cambiando ahora. E inevitablemente seguirá cambiando porque la humanidad no estará jamás satisfecha. Busca sin saber qué es lo que necesita y en esa búsqueda se aparta cada vez más de Dios que es precisamente quien podría darle lo que realmente necesita. 



Dice Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Así es el mundo. Busca y no encuentra, porque busca mal. Donde no debe. Tratando de satisfacer sus deseos.



El texto de Gálatas contrapone las dos opciones. Buscar la satisfacción guiados por el impulso natural del hombre, la carne, o guiados por el Espíritu. Tenemos la libertad de elegir quien dirige nuestra búsqueda, pero no las consecuencias de nuestra elección. 




Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33)

3 de diciembre de 2023

¿Nosotros hacia Dios, o Dios hacia nosotros?

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"Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia." (Tito 3:4-5)

¿𝐍𝐎𝐒𝐎𝐓𝐑𝐎𝐒 𝐇𝐀𝐂𝐈𝐀 𝐃𝐈𝐎𝐒, 𝐎 𝐃𝐈𝐎𝐒 𝐇𝐀𝐂𝐈𝐀 𝐍𝐎𝐒𝐎𝐓𝐑𝐎𝐒?

– 𝗡𝗼𝘀𝗼𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗗𝗶𝗼𝘀: Todas las religiones exigen al hombre un esfuerzo personal. Buenas obras, donaciones, meditaciones, retiros espirituales .... acciones que le permiten acercarse a una divinidad más o menos definida y así poder complacerla y obtener su favor. 

En los primeros tiempos de la humanidad un hombre llamado Caín actuó según este principio. Quería complacer a Dios llevándole el fruto de su trabajo pero lo hizo a su manera, sin fe y por ello Dios no aceptó la ofrenda de Caín. Y de igual manera tampoco acepta hoy los esfuerzos de aquellos que tratan de obtener su favor por sus propios medios. A esos medios humanos la biblia los llama "obras muertas" (Hebreos 6:1). Por muy atractiva que pueda parecer, ninguna religión ha salvado a nadie.

– 𝗗𝗶𝗼𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗻𝗼𝘀𝗼𝘁𝗿𝗼𝘀: Este es el maravilloso mensaje del Evangelio. Dios mismo se acercó al hombre. Su propio Hijo, Jesucristo, se hizo hombre para revelarnos a Dios, su justicia perfecta y su amor infinito. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:18). Al morir en la cruz, Jesús cumplió la única obra que podía satisfacer a Dios y permitirnos el acceso a su presencia. Aún hoy, todos los que ponen su confianza en Jesús y en su sacrificio obtienen el favor de Dios.

¿Tienes una religión o un Salvador?

¿Quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas” (Romanos 11:34-36).