15 de enero de 2023

El llamado de Abraham (Génesis 11:27-32, Génesis 12:1-4)

Después de Moisés, la persona del antiguo testamento que más veces es mencionada en el nuevo testamento es Abraham. Santiago se refiere a Abraham como el "amigo de Dios" (Santiago 2:23), un título que no se le da a nadie más en las escrituras. A los creyentes de todas las generaciones se les llama "hijos de Abraham" (Gálatas 3:7). En las escrituras podemos ver la importancia de Abraham en la historia del pueblo de Dios.


  Ziqqurat en Ur de los Caldeos. Iraq
 La vida de Abraham está recogida en el libro de Génesis, desde su primera mención en Génesis 11:26 hasta su muerte en Génesis 25:8. Aunque sabemos mucho sobre la vida de Abraham es muy poco lo que conocemos de su nacimento y primeros años de vida. La primera vez que Génesis menciona a Abraham este tenía ya 75 años. Sabemos que Taré, el padre de Abraham, vivía en Ur de los Caldeos (Génesis 11:28) una importante ciudad del sur de Mesopotamia situada entre el río Ëufrates, aproximadamente a mitad de camino entre la cabecera del Golfo Pérsico y la actual Bagdad. El mismo pasaje también nos cuenta que Taré tomo su familia para partir hacia la tierra de Canaán, sin embargo se establecieron en la ciudad de Harán en la Mesopotamia septentrional (en la ruta comercial desde la antigua Babilonia, a mitad de camino entre Nínive y Damasco).

 La historia de Abraham propiamente dicha comienza en Génesis 12. En los primeros tres versículos, vemos el llamado que Dios le hace a Abraham:

Pero el Señor había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Genesis 12:1-3).

Dios llama a Abraham estando él en su tierra, Harán, y le dice que vaya a una tierra que Él le mostraría. Dios también le hace tres promesas a Abraham: 1) La promesa de una tierra que iba a ser de él; 2) la promesa de hacer de él una gran nación; y 3) la promesa de bendición. Estas promesas constituyen la base para lo que posteriormente sería llamado el pacto abrahámico (establecido en Génesis 15 y ratificado en Génesis 17). Lo que realmente hace especial a Abraham, es que él obedeció a Dios. Génesis 12:4 registra que, después de que Dios llamó a Abraham, él fue "como el Señor le había dicho". El autor de Hebreos usa varias veces el ejemplo de la fe de Abraham y se refiere específicamente a este hecho: "Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba" (Hebreos 11:8).

La familia lo era todo para una persona que vivía en los tiempos de Abraham. Provisión, ayuda, fortaleza.... Apartarse de la familia era absolutamente inususal porque era peligroso. Además, aunque en el texto no se nos dice nada sobre la vida religiosa de Abraham y su familia antes de su llamado, sabemos que la gente de Ur y de Harán adoraban al antiguo panteon de dioses babilónicos por lo que podemos afirmar que Dios llamó a Abraham de una cultura pagana. A pesar de ello, de los vinculos familiares y culturales, Abraham reconoció el llamado del señor y obedeció.

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