En Malaquías 3:6 Dios afirma: "Porque yo Jehová no cambio". Y también en Santiago 1:17 dice, hablando sobre la inmutabilidad de Dios: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación".
Dios es inmutable en su
naturaleza, en sus perfecciones, en sus propósitos y sus promesas, en sus dones. Siendo Dios santo, no puede desviarse a lo que es malo. Él, que es la fuente de
luz, no puede ser la causa de la oscuridad. Y como dice Santiago 1:13, dado que toda buena dádiva y todo don
perfecto viene de Él, el mal no puede proceder de Él, ni Él puede tentar a
nadie. La Biblia es clara en que Dios no cambia su forma de
pensar, su voluntad, o su naturaleza.
Cuando hablamos de Dios la inmutabiladad es una condición imprescindible. Porque si algo
cambia, o bien cambia para bien o cambia para mal. Una de dos, o bien se añade, se aprende, algo que se necesita, lo que sería un cambio a mejor, o algo de lo que se
necesita se pierde, lo que sería un cambio a peor. Pero si Dios es
perfecto, Él no necesita nada y por lo tanto, Él no puede cambiar para bien. Y si
Dios necesitase corregir algo entonces no sería perfecto; y si decimos que Dios es perfecto, entonces El no puede cambiar
para mal.
Además no podemos hablar de la inmutabilidad de Dios sin hablar de la omnisciencia de Dios.
Cuando alguien cambia su forma de pensar, normalmente, es porque ha conocido
alguna nueva información que no conocía anteriormente, o bien porque las
circunstancias han cambiado y ahora es necesaria una actitud o una reacción diferente. Sin embargo, si Dios es omnisciente, entonces Él no puede aprender algo nuevo que ya no sepa, y por lo
tanto, cuando la Biblia habla que Dios se arrepiente, debe entenderse que son las
circunstancias o la situación quienes han cambiado, no Dios. Cuando en Éxodo 32:14 o 1
Samuel 15:11-29 dice que Dios se arrepiente, está simplemente describiendo un
cambio de dispensación y unos tratos externos hacia el hombre.
En Números 23:19 se nos presenta claramente la inmutabilidad de Dios: "Dios no es
hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y
no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?"
Dios no se arrepiente.

No hay comentarios:
Publicar un comentario