16 de marzo de 2025

Padre nuestro (II)


"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." (Lucas 11:2)

El "Padre nuestro" podemos dividirlo de una forma natural en dos partes. Una primera, el versículo dos, en la que nos enseña sobre la necesidad de reconocer quien es Dios. Un solo versículo que nos habla acerca de la necesidad de entender a quien estamos orando. 

En este versículo nos habla de lo que Dios mismo es y nos llama en primer lugar a santificar su nombre, esto es, a ponerlo por encima de todo, a honrarlo y alabarlo. A reconocer su santidad y majestad, para luego establecer una petición, "Venga tu reino". Y con esas palabras expresamos el deseo de que llegue pronto el día en el que el Señor establezca, por fin, su poder sobre la tierra. El deseo de que finalmente llegue ese momento en el que el mal sea derrotado y Él, en la figura de Cristo, reine, por fin, este mundo haciendo que su voluntad se cumpla "como en el cielo, así también en la tierra". 

Pero para poder desear ese "Venga tu reino", es imprescindible haber obtenido la certeza de que nosotros formaremos parte de ese reino. Haber entendido que Jesús vino "para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:15). Y es que "... de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)


2 de marzo de 2025

Padre nuestro (I)


"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." (Mateo 6:9-10)

A la mayor parte de las personas de mi generación nos obligaron a aprender el Padre Nuestro de memoria. Era una especie de mantra mágico que repetíamos mecánicamente en clase de religión sin nada que se pareciese remotamente a la fe. Sin entender siquiera qué era lo que decíamos. 

Pero cuando Jesús, en el capítulo seis de Mateo, explica a sus apóstoles como orar comienza precisamente diciéndoles "Y orando, no uséis vanas repeticiones" (Mateo 6:7). No les está dando un texto para repetirlo mecánicamente, sino una guía para orar. 

Un modelo de oración al que llamamos "Padre nuestro" porque comienza precisamente con esas dos palabras. Jesús invita a sus discípulos a llamar a Dios "Padre". Y con ese término nos está mostrando a un Dios cercano. Es "Elyon", el altísimo, es "Adonai", Señor, amo, pero ahora, nos dice Jesús, es además "Abba", un termino cariñoso que usaban los niños arameos para dirigirse a su padre. Ahora es el Padre de todos aquellos que conocen a Jesús como su salvador. Y Él nos llama hijos y vela por nosotros. Podemos acercarnos a Dios con confianza. 

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;" (Juan 1:12)

1 de marzo de 2025

Juan 14:27